Las ovejas son individuos tiernos que, al igual que todos los animales, sienten dolor, miedo y soledad. Pero debido a que existe un mercado para su pelaje y su piel, son solamente tratadas como máquinas productoras de lana.
Si las dejaran tranquilas y sin manipulación genética, las ovejas tendrían la lana suficiente para protegerse de las temperaturas extremas. Su pelaje les provee el aislamiento térmico tanto contra el frío como contra el calor.
A los esquiladores generalmente les pagan por volumen y no por hora, algo que fomenta el trabajo rápido sin consideración por el bienestar de la oveja. Dice un testigo: “El galpón de esquila debe ser uno de los peores lugares en el mundo de crueldad animal… he visto a esquiladores golpear a las ovejas con sus esquiladoras o con sus puños hasta hacerles sangrar la nariz. He visto a ovejas con la mitad de sus caras cortadas por la esquiladora…”
En Australia, de donde proviene más del 50% de la lana merino del mundo (usada en productos desde ropa a alfombras), los corderos son forzados a soportar un proceso espantoso llamado “mulesing”, en que grandes pedazos de piel y carne son cortados de la zona anogenital del animal, a menudo sin analgésicos.
A semanas del nacimiento, las orejas de los corderos son perforadas, sus colas son cortadas, y los machos son castrados sin anestesia. Los machos son castrados cuando tienen entre 2 y 8 semanas de vida, haciéndoles una incisión y sacándoles los testículos o con un anillo de goma que se usa para cortar la circulación sanguínea, siendo uno de los métodos más dolorosos de castración posibles. Cientos de corderos mueren cada año antes de llegar a las 8 semanas de vida, por congelación o por hambre, y las ovejas maduras mueren cada año por enfermedades, falta de refugio y descuido.
Millones de ovejas que sobreviven en estas granjas son luego enviadas a Medio Oriente en barcos abarrotados, y con varios niveles. Estas exportaciones de animales en pie, que pueden tardar semanas, van a países donde no existen normas de bienestar animal. Las sufridas ovejas son arrastradas fuera de los barcos, cargadas en camiones, y arrastradas por sus orejas y patas a mataderos que generalmente no son regulados, y donde les cortan sus cuellos mientras aún están conscientes.
Nada puede esconder el hecho de que cualquiera que compra lana apoya una cruel y sangrienta industria. Existe una gran cantidad de tejidos durables, de estilo y abrigados que no son hechos con lana ni con pieles de animales. Únete por favor a los millones de personas en todo el mundo que saben que la compasión es moda. Salva a una oveja, no compres lana.