Multas y citaciones
- En noviembre de 2011, Ringling Bros. y Barnum & Bailey Circus pagó la mayor multa jamás impuesta a un expositor de animales en la historia de los EE.U U. ($270.000) para resolver docenas violaciones federales a la Ley de Bienestar Animal (AWA por sus siglas en inglés), incluyendo la falta de atención veterinaria adecuada a una elefanta llamada Sarah, quien colapsó en las adyacencias de un centro de espectáculos, poco después de que el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés) citase al Ringling por negarle cuidados veterinarios adecuados por una infección crónica.
- Ringling pagó una multa de $ 20.000 para resolver los cargos de la USDA en relación con su incapacidad para cuidar adecuadamente a un bebé elefante llamado Kenny, quien murió pocas horas después de ser obligado a subir al escenario – contraviniendo lo aconsejado por un veterinario y a pesar de que había estado sangrado a través del recto.
- Más de 30 elefantes, entre ellos cuatro bebés, han muerto al cuidado del Ringling desde 1992.
- Como se resume en la ficha informativa de PETA, la USDA ha citado al Ringling por no cumplir con las normas mínimas de atención establecidas por la AWA en más de 100 ocasiones. Estas citaciones – emitidas con relación al manejo, vivienda y cuidado de elefantes, grandes felinos, perros, cebras y osos – incluyen lo siguiente:
- No proveer atención veterinaria adecuada a animales enfermos
- Someter a animales a situaciones peligrosas
- Ejercer prácticas de manejo inseguras que representan un peligro para los animales y el público
- Ejercer prácticas inadecuadas de almacenamiento de alimentos y prácticas insalubres de alimentación
- Ocasionar trauma, estrés conductual y daño innecesario a los animales
- Interferir con y/u obstruir las inspecciones de la USDA
- Cuidar inadecuadamente de los animales durante su traslado
- Someter a los animales a temperaturas extremas
- No proporcionar sombra adecuada a los animales
- Forzar a animales enfermos a actuar
Entrenamiento y trato abusivos (Ver también RinglingBeatsAnimals.com.)
- Los entrenamientos no son supervisados por la USDA o cualquier otra entidad.
- En la naturaleza, los elefantes deambulan en manadas matriarcales muy unidas, en las que los elefantes machos permanecen con sus madres hasta la adolescencia temprana y las elefantas permanecen con sus madres durante toda su vida. Con el fin de comenzar a entrenar con el Ringling, los elefantes bebés son arrancados de sus frenéticas madres mientras todavía son infantes.
- Entrenadores del Ringling en repetridas ocasiones han sido grabados en videos encubiertos y observados por testigos, golpeando cruelmente y maltratando de otras maneras a los elefantes con bullhooks, armas similares a atizadores de chimenea con un gancho en un extremo –incluso durante el entrenamiento de elefantes bebé.
- Imágenes en video de una investigación encubierta de PETA en 2009 muestran a trabajadores del Ringling, incluyendo un superintendente de animales, golpeando repetidamente a elefantes con bullhooks, momentos antes de las presentaciones.
Viaje agotador y confinamiento inhumano
- Los elefantes en la naturaleza deambulan hasta 30 millas por día. Los registros de transporte del Ringling muestran que el circo mantiene a los elefantes encadenados en vagones – donde difícilmente pueden dar un paso en dirección alguna – durante un promedio de 26 horas consecutivas y a veces hasta 100 horas a la vez. Además, los elefantes son mantenidos encadenados – usualmente por dos patas – durante toda la noche en los lugares de presentación.
- Informes indican que rutinariamente el Ringling priva de ejercicio a los grandes felinos, y exceptuando sus muy cortas actuaciones, los obliga a permanecer constantemente confinados en jaulas de transporte apenas más grandes que sus cuerpos. Los tigres tienen hogares naturales que pueden alcanzar hasta cientos de millas cuadradas.
Tuberculosis
Muchos de los elefantes en el Ringling han sido tratados por tuberculosis (TB) y/o puestos en cuarentena debido a exposición a la tuberculosis. El Ringling transporta a estos elefantes a través del país y los pone en contacto directo con el público a pesar de saber que la tuberculosis es altamente contagiosa para los seres humanos, incluso sin contacto directo con un elefante infectado. Algunos elefantes utilizados en espectáculos de circo han dado positivo solo después de que han muerto (la enfermedad fue revelada durante las autopsia) o se han jubilado.