Los osos, elefantes, tigres y otros animales usados en circos no montan en bicicleta, ni se paran en sus cabezas, ni se balancean en pelotas, ni saltan a través de aros de fuego voluntariamente. Para forzarlos a realizar estos trucos complicados y físicamente exigentes, los entrenadores utilizan barras de metal con puntas de gancho, látigos, estrechos collares, bozales, picanas eléctricas y otras herramientas especializadas generadoras de dolor. Cuando no están actuando, los elefantes son frecuentemente encadenados en dos de sus patas, y los leones, tigres, osos, primates y otros animales son obligados a comer, dormir y defecar en minúsculas jaulas.
Los zoológicos, que condenan a los animales inteligentes y sociales a vivir en jaulas para nuestro fugaz entretenimiento y distracción, no son mejores. Extremadamente aburridos, deprimidos y privados de todo lo que es natural e importante para ellos, muchos animales en los zoológicos enloquecen – una condición llamada “zoocosis”. Los animales con zoocosis desarrollan comportamientos neuróticos como el caminar de un lado al otro, el girar y bambolear sus cabezas. También se mutilan a sí mismos, se vuelven excesivamente agresivos, lanzan heces y desarrollan otros comportamientos anormales no vistos en estado salvaje.
Los animales usados en rodeos, carreras de caballos, carreras de perros de trineo y otros “deportes” crueles son forzados a correr temiendo por sus vidas. Cuando no son utilizados en competencias, permanecen generalmente encadenados o en jaulas o compartimientos. Aquellos que “no clasifican” son frecuentemente descartados siendo enviados a mataderos o asesinados.
PETA está determinada a sacar a los animales del negocio del entretenimiento para siempre. Conoce cómo los animales sufren bajo la carpa del circo, en los zoológicos y bajo las cámaras, y mira cómo puedes ayudar a poner fin a esta cruel industria.