Actualización (27 de septiembre de 2024):
En marcado contraste con las enseñanzas de compasión y misericordia de Cristo, las corridas de toros celebran la tortura y la matanza de toros sintientes. Entonces, ¿por qué la Iglesia católica sigue apoyando estos espectáculos violentos? A medida que más personas en todo el mundo piden la prohibición de las corridas de toros (un nombre inapropiado, porque los toros nunca elegirían participar en estos baños de sangre), PETA UK confía en que el papa Francisco condene esta práctica despreciable y corte los vergonzosos vínculos de la Iglesia Católica con la industria taurina.
¡Santa protesta! Defensores de los animales transmitieron un mensaje claro durante la visita del papa Francisco a Luxemburgo
Durante la procesión del papa Francisco por la ciudad de Luxemburgo, simpatizantes de PETA U.K. se unieron a la multitud vistiendo camisetas que decían “¡Dejen de bendecir las corridas!” y llevando carteles que proclamaban “¡La tauromaquia es pecado!”. Los defensores de los animales se arrodillaron frente al vehículo del pontífice hasta que la policía los arrastró violentamente al suelo e incluso lanzó a uno por encima de un muro antes de esposarlos y arrestarlos.
Torturar toros es todo menos cristiano
La Biblia nos pide tener empatía por todos los seres vivos y sintientes, pero los humanos continúan torturando y matando toros en nombre de los santos. Durante una corrida de toros típica, un hombre a caballo clava lanzas en la espalda y el cuello de un toro antes de que otros le claven banderillas en la espalda. Cuando el toro está demasiado débil por la pérdida de sangre para defenderse, el matador intenta dar el golpe mortal hundiendo una espada en los pulmones del animal. El toro puede estar consciente pero paralizado cuando es arrastrado fuera del ruedo.
Su santidad el papa Francisco escribió en su encíclica Laudato Si’ que “todo acto de crueldad hacia cualquier criatura es ‘contrario a la dignidad humana’”. Desde el siglo XVI, el papa Pío V, ya canonizado, prohibió las corridas de toros, las que describió como “crueles” y contrarias a la “piedad y caridad cristianas”. Sin embargo, los sacerdotes católicos ofician ceremonias religiosas en plazas de toros e incluso ministran a los toreros en capillas dentro de las plazas.
Protesta antitaurina en el Vaticano termina en arrestos
Manifestantes pacíficos han sido arrestados por pedir al papa Francisco que la Iglesia corte lazos con la tauromaquia durante la Audiencia General en el Vaticano.
Actualización (07 de agosto de 2024): Activistas arrestados por interrumpir la Audiencia General en el Vaticano
Simpatizantes de PETA con camisetas que decían “Dejen de bendecir las corridas” y sosteniendo pancartas que decían “La tauromaquia es un pecado” fueron arrestados durante la Audiencia General en el Vaticano. Los activistas le pidieron al papa Francisco que corte los lazos de la Iglesia Católica con la tauromaquia y condenar esta despreciable práctica sangrienta.
Manifestantes de PETA U.K. vistiendo camisetas que decían, “Basta de bendecir las corridas de toros” interrumpieron un servicio de oración en la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma, al que asistió el papa Francisco, suplicándole a Su Santidad que corte los lazos de la Iglesia católica con las corridas de toros y condene el despreciable deporte sangriento.
“La Biblia nos pide que mostremos misericordia a todas las creaciones de Dios, sin embargo, los toros están siendo atormentados, apuñalados y asesinados frente a multitudes burlonas por aquellos bendecidos por sacerdotes católicos”, dice Mimi Bekhechi, vicepresidenta de PETA para el Reino Unido y Europa. “PETA le pide al papa Francisco que condene la vil industria taurina y corte los lazos de la iglesia con estos espectáculos sangrientos y despiadados”.
Cada año, decenas de miles de toros son atormentados y asesinados en festivales taurinos en todo el mundo, muchos de los cuales se celebran en honor a santos católicos. Durante estos eventos, hombres a caballo clavan lanzas en la espalda y el cuello de un toro antes de que otros le hundan banderillas en la espalda, infligiendo un dolor agudo cada vez que gira la cabeza y afectando su rango de movimiento. Eventualmente, cuando el toro se debilita por la pérdida de sangre, aparece un matador e intenta matar al toro hundiéndole una espada en los pulmones o, si eso falla, cortándole la médula espinal con un cuchillo. El toro puede estar paralizado, pero aún consciente mientras el matador le corta las orejas o la cola como trofeo y su cuerpo es arrastrado fuera de la arena.
El papa Francisco escribió en su encíclica Laudato Si‘ que “todo acto de crueldad hacia cualquier criatura es ‘contrario a la dignidad humana’”, y ya en el siglo XVI, el Papa Pío V, que ha sido canonizado, prohibió las corridas de toros, las cuales describió como “espectáculos crueles y viles del diablo y no del hombre” alejados de la “piedad y caridad cristiana”. La prohibición impide a los sacerdotes y otros clérigos asistir a las corridas de toros y desaprueba que estos eventos se realicen en días festivos religiosos. Sin embargo, la Iglesia no está respetando la prohibición, y los sacerdotes católicos a menudo ofician ceremonias religiosas en las plazas de toros y asisten a los toreros en las capillas de las arenas. Algunos hasta atacan a los toros en las arenas vestidos con sotana.
Pídele al papa Francisco que condene la tortura de toros
Por favor, firma la petición al papa Francisco, líder de la Iglesia católica romana, pidiéndole que denuncie la crueldad de los espectáculos de corridas de toros en nombre de la Iglesia.