El cuero puede provenir de vacas, cerdos, cabras y ovejas; de animales exóticos como caimanes, avestruces y canguros; y hasta de perros y gatos, quienes son matados por su carne y su piel en China, país que exporta las pieles de esos animales a todo el mundo. Debido a que el cuero normalmente no es etiquetado, nunca sabes realmente de dónde (o de quién) provino.
La mayoría del cuero proviene de países en desarrollo como India y China, donde las leyes de bienestar animal no existen o no se aplican. Una investigación de PETA descubrió en India que los trabajadores les rompen las colas a las vacas y les frotan chile y tabaco en los ojos para obligarlas a levantarse y caminar, cuando colapsan por agotamiento en el camino hacia el matadero.
En los Estados Unidos, muchas de las millones de vacas y otros animales matados por su piel padecen los horrores de las granjas industriales (amontonamiento y carencias extremas, así como castración, marcación, corte de cola y de cuernos) sin analgésicos. En los mataderos, a los animales rutinariamente les cortan los cuellos y algunos son despellejados y desmembrados mientras están aún conscientes.
Comprar cuero directamente contribuye a financiar a las granjas industriales y a los mataderos, porque la piel es el subproducto más importante, desde el punto de vista económico, de la industria de la carne. El cuero tampoco es amigo del medioambiente, porque comparte responsabilidad por toda la destrucción ambiental causada por la industria de la carne, así como la polución causada por las toxinas usadas en el curtido.
Por cada par de zapatos de cuero que compras, sentencias a un animal a una vida de sufrimiento. En vez de esto, puedes elegir cientos de estilos de zapatos, ropa, cinturones, carteras y monederos sin cuero. Mira la guía de PETA de ropa libre de crueldad y descubre estupendos consejos para encontrar ropa a la moda y a la vez compasiva. La moda debería ser divertida, ¡no fatal!
Cada año, la industria del cuero mundial mata más de mil millones de animales y curte sus pieles. Muchos de esos animales sufren todos los horrores de la granja industrial mundial (incluyendo amontonamiento y confinamiento extremos, carencias y castración, marcación, corte de cola y de cuernos sin anestesia) y también tratamiento cruel durante el transporte y la matanza.