Actualización: 9 de julio de 2021
Parece que la Universidad de Washington (UW) está más preocupada por su reputación que por evitar el sufrimiento de animales en sus laboratorios.
PETA presentó una queja ante el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) tras obtener evidencia de una atroz violación al bienestar animal. El personal del Centro Nacional de Investigación de Primates de Washington (Washington National Primate Research Center WaNPRC) de la escuela no advirtió que un macaco cola de cerdo sureño deshidratado estuvo desaparecido hasta por dos días, período durante el cual el mono permaneció sin comida ni agua (más sobre esto a continuación).
El USDA citó a la escuela por ese incidente y por otro ocurrido en el WaNPRC, donde un macaco rompió cerraduras de un conjunto de jaulas y escapó junto a su compañero de jaula. Los monos sufrieron heridas en las manos y los dedos, y otros monos, laceraciones faciales. Pero hubo otros desastres cometidos por la UW, la escuela también fue citada por no supervisar a conejos en jaulas durante todo un fin de semana, violando así regulaciones federales.
En vez de avergonzarse por estos hechos, la UW envió al USDA una descarada apelación de 54 páginas, en la que protesta por estos reclamos, alegando que había tomado “medidas correctivas” después de ocurridos los incidentes y solicitando dejar sin efecto las citaciones.
Pero el USDA rechazó la apelación. Su director de operaciones de bienestar animal señaló que el largo y sórdido registro de violaciones de la UW “no era indicativo de una instalación que esté demostrando éxito en la prevención de problemas críticos de bienestar animal”, algo que a las claras es una subestimación de lo que allí ocurre.
Por más que la UW quiera seguir ocultando el sufrimiento de los animales en su centro de primates y otros laboratorios públicamente financiados, no lo permitiremos.
Existe un secreto a voces en el Centro Nacional de Investigación de Primates en Washington (WaNPRC, por sus siglas en inglés) y es que los monos encarcelados ahí, a menudo escapan de sus jaulas –una clara violación a la Ley Federal de Bienestar Animal (AWA)– y algunas veces, desaparecen durante días. Lo que es peor, documentos obtenidos por PETA muestran que no todos los escapes son reportados a las autoridades de la universidad, como es requerido.
PETA ha presentado una queja al Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), pero necesitamos de tu ayuda para presionar a esta prisión de monos financiada por el gobierno federal, ubicada en la Universidad de Washington.
Nuestra queja también detalla serios conflictos de interés que están sucediendo en el Comité Institucional de Cuidado y Uso de Animales (IACUC, por sus siglas en inglés) de la UW, el cual supuestamente debe garantizar el cumplimiento de las leyes de protección animal en los laboratorios de la institución. Estos comités se implementaron en 1985 después de que PETA expusiera el horror en dos laboratorios de primates, uno en la Universidad de Pensilvania y otro en Silver Spring, Maryland. El Congreso sabiamente decidió que los experimentadores no eran de fiar sin supervisión, y los IACUCs supuestamente son los que deben proveerla. El de la UW, aparentemente está fallando.
A este mono le cortaron los nervios en un laboratorio de Silver Spring, Maryland. Su sufrimiento y el maltrato a babuinos en la Universidad de Pensilvania condujeron en 1985 a la implementación de nueva legislación, que el Centro Nacional de Investigación de Primates de Washington podría estar violando.
Los documentos obtenidos por PETA muestran varios escapes de monos en el WaNPRC, siendo el último en abril. Una mona desapareció dos días antes de ser descubierta atrapada en una jaula túnel, deshidratada y hambrienta. El personal no reportó que estuvo dos días desaparecida. El IACUC lo supo en mayo, un mes después. Además, los miembros del IACUC –algunos de los cuales trabajan en el centro de primates– en tres meses no pudieron ponerse de acuerdo sobre qué sanción aplicar a la instalación. No hicieron nada, ni siquiera los reprendieron.
Los escapes en el WaNPRC aparentemente son tan comunes que la entonces directora asociada de la instalación, Sally Thompson-Iritani, se quejó en diciembre del 2018 en un memorándum interno: “Por el momento hay seis tipos distintos de jaulas, esto no es lo mejor para el personal ni los animales. Ha habido varios incidentes ‘fuera de la jaula’. La semana pasada, hubo muchos incidentes” (para aquellos que no manejan los “eufemismos”: “fuera de la jaula” significa “escapes”).
Los escapes son una clara violación a la AWA. Pero no sólo queda claro que en el WaNPRC son rutinarios, sino que tampoco existen consecuencias cuando ocurren. Puede que haya un motivo que explique esto.
En lo que parece ser un caso obvio de intercambio de favores, uno de los miembros del IACUC de la UW, Ken Gordon, es director ejecutivo de la Asociación del Noroeste para la Investigación Biomédica (NWABR, por sus siglas en inglés), una organización que promueve la experimentación en animales. La universidad es un “donador platino” de la NWABR, lo cual significa que ha donado al menos $25.000 dólares.
Pero hay más: Thompson-Iritani, actual director interino del WaNPRC, es a la vez presidente de la junta de la NWABR.
Todos los monos merecen vivir en sus hábitats naturales, libres de experimentos dañinos y lejos de campos de encarcelamiento crueles y especistas como el del WaNPRC, donde son atormentados y asesinados.
Los monos son seres vivos que sufren, sienten dolor, alegría y miedo, igual que nosotros. En la naturaleza, viven en grandes grupos familiares, creando vínculos estrechos entre ellos. Juegan, comen, exploran, y pasan tiempo juntos. También son empáticos, a menudo ponen sus propias vidas en riesgo para ayudar a otros.
La Universidad de Harvard cerró su Centro Nacional de Investigación de Primates de Nueva Inglaterra en 2013, después de analizar críticamente sus múltiples violaciones al bienestar animal, la dificultad de mantener a monos en laboratorios y el futuro de sus prioridades en investigación. La UW debe seguir el ejemplo de Harvard y cerrar el WaNPRC inmediatamente.
Únete a los miles de simpatizantes de PETA que están pidiendo el cierre inmediato del WaNPRC y la liberación de los monos en santuarios apropiados para que puedan vivir el resto de sus vidas con la seguridad y dignidad que merecen.
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Ana Mari Cauce
Presidenta
Universidad de Washington
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