El Pet Blood Bank en Cherokee, Texas, cerrará sus puertas y pondrá a los perros en programas de adopción tras exposé de PETA.
PETA celebra la liberación de estos queridos perros cuyas vidas comenzaron sufriendo maltrato en las pistas de carreras y terminaron en un inmundo banco de sangre, PETA ahora trabajará para asegurarse de que se aprueban los reglamentos que garanticen que toda la sangre destinada a transfusiones de emergencia provengan de donantes verdaderos, no de perros encerrados en condiciones miserables.
Galgos desechados son encerrados, abandonados y explotados por su sangre
Encerrados en un cobertizo que anteriormente albergó a pavos, alrededor de 150 galgos se encuentran encerrados día tras día -muchos usados, maltratados y desechados por la infame industria de las carreras de perros- dan vueltas neuróticamente, brincan, lloran y se esconden en contenedores de químicos viejos con bordes filosos que les sirven como único refugio. En un criadero que funciona bajo el nombre de The Pet Blood Bank, Inc., en Cherokee, Texas, estos animales, que ya han sufrido una vida de privaciones, ahora son explotados para fabricar productos hemoderivados, la mayoría de ellos distribuidos por Patterson Veterinary Supply, Inc., una enorme corporación con ventas de hasta casi $3 mil millones de dólares tan solo en el 2016.
Actualización: El 22 de septiembre de 2017, un día después de que PETA publicase sus hallazgos, Patterson Veterinary Supply anunció que “las condiciones y el trato descrito y mostrado… son horrorosos e inaceptables… Hemos terminado nuestra relación de negocios con [The Pet Blood Bank, Inc.], y vamos a trabajar para apoyar… los esfuerzos para asegurar que los animales reciban cuidados apropiados”. Durante casi una semana, preguntas sobre las medidas concretas y tangibles que Patterson Veterinary Supply usaría para asistir a los perros permanecieron sin respuesta. El 28 de septiembre de 2017, esta empresa multibillonaria, la cual prometió por escrito, ayudar a los perros, publicó esta excusa en una página web creada un día antes, que no contiene nada excepto una declaración en el que solo se ve esta decepcionante e inaceptable declaración.
Confinamiento solitario y graves privaciones
Con algunas excepciones, los galgos son confinados individualmente en jaulas de alambre con suelos sucios e insalubres en donde no tienen acceso a ninguna forma de enriquecimiento. Son privados de todo lo que les es natural e importante. Aburridos y desesperados simplemente cavan y muerden los inmundos y viejos contenedores de químicos que les sirven de refugio, dejando bordes filosos y dentados donde a veces se lastiman. Algunos perros giran en círculos sin fin, brincan y lloran cuando alguien se acerca, a otros les da tanto miedo que no pueden controlar su vejiga ni intestinos.
No les proporcionan atención veterinaria básica ni de emergencia
A principios del 2017, muchos de los perros tenían las uñas tan crecidas que se les enrollaban hacía las almohadillas de las patas, separaban sus dedos y les provocaba cojera. No cuentan con ningún sistema de rutina para cuidarles las uñas y les niegan tanto la atención dental de rutina como de emergencia.
Padecen enfermedades graves como gingivitis, acumulación de sarro y encías retraídas, las cuales les provocan mucho dolor y dificultad para comer. Los galgos son muy sensibles a las temperaturas extremas, son atormentados sin piedad por el sofocante calor del verano de Texas y por el frío en el invierno. Algunos padecen úlceras profundas en las patas traseras, como resultado de tener que acostarse en el suelo duro sin grasa corporal para protegerse. La administración ha negado atención veterinaria de heridas, infecciones, traumatismos y otras enfermedades graves. En los últimos meses, dos perros fueron encontrados muertos en las perreras con sus bebederos totalmente secos.
A mediados del 2017 se les descubría a diario hasta 400 garrapatas incrustadas. En un burdo intento para controlar a los parásitos, los trabajadores rociaron a los galgos con un termicida diseñado para ser rociado sobre árboles y edificios. El químico les provocó ampollas en la piel e irritó sus ojos.
Les extraen sangre con frecuencia y los tratan bruscamente
Los trabajadores atrapaban a los asustados perros con garrochas caseras y los arrastraban, por lo menos 75 pies hacia un remolque en la propiedad para extraerles sangre, mientras los perros se resistían.
Los mantenían en jaulas hasta por tres horas -a veces bajo el sol, sin agua e incluso con bozal- antes y después de extraerles sangre. En el tráiler, los trabajadores extraen hasta el 20 por ciento de su volumen sanguíneo. Algunos quedan tan débiles que tienen que llevarlos cargando hasta las perreras.
Más tarde, la sangre es enviada a las clínicas veterinarias quienes sin duda no tienen idea de que la fuente es una granja industrial de sangre de perro insalubre y extremadamente inhumana. De hecho, The Pet Blood Bank afirma en línea que sus productos son obtenidos de donantes voluntarios.
Pet Blood Bank también afirma tener unidades de sangre frecuentes e invita a las personas dispuestas a donar la sangre de sus perros a que los contacten, pero no incluyen ninguna información de contacto.
¿Arriesgan la vida de otros perros?
Las condiciones de vida en esta granja industrial de sangre no son solo crueles para los perros allí encerrados, también podrían estar poniendo en peligro a aquellos que reciben las transfusiones de sangre. Los perros que reciben la sangre generalmente padecen anemia, necesitan sangre urgentemente o se encuentran en una condición crítica. Los veterinarios esperan que la sangre venga de donantes sanos, y no de perros abandonados y heridos que viven en medio de ratones, serpientes, pulgas y garrapatas, animales portadores de enfermedades transmitidas fácilmente a través de la sangre.