México tiene la mayor cantidad de perros sin hogar que cualquier otro país en América Latina, unos 23 millones en sus calles. Según la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies, esta población crece alrededor de un 20 por ciento anual. Se estima que un 70 por ciento de los perros que viven en las calles fueron abandonados por sus dueños o son las crías de los perros que no fueron esterilizados.
En México no existen leyes contra el abandono de los animales de compañía ni tampoco sanciones para quienes lo hagan, y no existe una regulación para la cría de perros. Debido a que las autoridades no tienen control sobre estas prácticas (y por lo tanto no existe una regulación a seguir), es fácil para cualquiera que tenga perros reproducirlos, a veces tantas veces como los cuerpos de las hembras puedan soportarlo.
Ya sea por beneficio monetario, regalar cachorritos a amigos y familiares, continuar la genealogía de tus perros o simplemente tener la errónea creencia de que los perros necesitan reproducirse para mantenerse sanos, a las hembras comúnmente se les hace parir una y otra vez. Cada año, innumerables cachorritos que nacen bajo estas circunstancias son vendidos, regalados o abandonados, alimentando el comercio desregulado de mascotas y agravando la crisis de animales sin hogar.
Los perros explotados por criadores comerciales viven una pesadilla en vida.
Son comprados, vendidos y manipulados como si fueran mercancía, más que seres sintientes. Permanecen en cajas, jaulas o caniles estrechos con pisos de alambre o encadenados a árboles con poco o nada de protección contra los elementos, raramente reciben algo de afecto, sufren de enfermedades y lesiones que habitualmente no son tratadas y son muy descuidados. Debido a las condiciones de suciedad e insalubridad, muchos tienen dientes podridos, tráqueas colapsadas y enfermedades pulmonares y cardiovasculares, que finalmente les provoca la muerte mucho antes que su expectativa natural de vida.
Los criadores de patio trasero y los dueños que dejan que sus perros se reproduzcan, pueden reproducir en masa menos camadas que las fábricas de cachorros, pero aun así siguen tratando a las hembras y a los cachorros como mercancía. Generalmente no monitorean a los compradores, pero entregan seres vivos, pensantes, sintientes a completos extraños. No se preocupan por saber cuántos de esos cachorros terminan siendo maltratados, descuidados o abandonados cuando la novedad termina.
La reproducción de los animales de compañía nunca puede ser considerada “responsable” mientras se les aplique la eutanasia a más de 12.000 perros cada mes solo en Ciudad de México porque no existen buenos hogares para todos ellos. La única manera de terminar con esta crisis es impedir que los criadores motivados por el dinero y los mal informados dueños de perros traigan más y más cachorros a un mundo que ya revienta de animales no deseados.
Lo que puedes hacer
Con millones de perros no deseados (incluyendo perros de raza pura) muriendo cada año en refugios para animales, simplemente no hay razón para que reproduzcan animales en hogares con el erróneo propósito de mantener la genealogía. La mejor manera de encontrar un animal de compañía es a través de refugios para animales o de un grupo de rescate. ¡Nunca reproduzcas a tus animales de compañía!