Testigos encontraron sufrimiento terrible y pésimas condiciones en granjas de huevo en Canadá.
Según la exclusiva de CTV News, un nuevo exposé, creado a partir de escenas filmadas por el activista Jeff Rigear entre otros, y narrada por la actriz Kat Graham, revela el sufrimiento y la muerte de gallinas en tres granjas de huevo en Abbotsford, British Columbia. Los activistas encontraron a cientos de aves muertas, algunas pudriéndose en jaulas junto a aves vivas, docenas luchaban por sobrevivir y otras incluso estaban enterradas en estiércol en las fosas debajo de las jaulas.
Los hallazgos de los activistas provocaron que la Sociedad para la Prevención de la Crueldad a los Animales de Columbia Británica allanara una de las granjas. Se abrió una investigación. Pero miles de millones (sí, miles de millones) de otras gallinas en condiciones como éstas aún necesitan tu ayuda.
Lo que sigue es una mirada detrás de las puertas cerradas de los galpones de las granjas industriales de producción de huevo, así como sugerencias para ayudar a poner fin a este sufrimiento.
Dada por muerta entre una pila de heces
Los deshechos caían a través del piso de la jaula sobre las fosas y se acumulaban hasta 5 pies de alto, llenas de gusanos y otros insectos. En medio de los excrementos, los testigos encontraron los cadáveres de más de 200 gallinas, quienes evidentemente habían caído mientras las sacaban o metían a las jaulas, y simplemente las dejaban morir, probablemente de deshidratación o inanición. Muchas quedaron enterradas vivas en el estiércol.
Docenas de aves aún estaban vivas en las fosas. Abandonadas sin alimento, agua, atención o esperanza de escapar, muchas estaban demacradas y atascadas, incluso hasta el cuello, en una mezcla de heces. Ellas fueron rescatadas y las llevaron con un veterinario.
La experta veterinaria Dr. Katherine van Ekert, observó que estas gallinas “sufrían una enfermedad extrema: estaban tan incapacitadas que no intentaban alejarse cuando las manipulaban, escapar es una respuesta natural. También tenían los ojos hundidos y sus párpados cerrados, signos indicativos de depresión severa y estados avanzados de enfermedad en las gallinas.”
Atrapadas y estresadas en jaulas sobrepobladas
En las jaulas encima de las fosas, las gallinas no estaban mejor. Curiosas, inteligentes y altamente sociales, las privaban de todo lo que es natural e importante para ellas. Estaban tan hacinadas que ni siquiera podía extender sus alas, mucho menos establecer una jerarquía social. Incontables aves sufrían de una severa pérdida de plumas, a menudo resultado de peleas y automutilación provocadas por estrés.
Encerradas con los muertos
Muchas gallinas habían muerto y comenzaban a pudrirse dentro de las jaulas. Las supervivientes eran obligadas a vivir junto a sus compañeras en descomposición durante días. Según la experta veterinaria Dr. Christine Capaldo, “En mi opinión profesional, obligar a gallinas vivas a estar confinadas junto a cuerpos en descomposición podría causar grandes traumas psicológicos, angustia y sufrimiento; expone a las aves vivas a enfermedades, contaminación bacteriana y malos olores; y constituye maltrato y negligencia.”
Sin poder escapar de sus propios deshechos
Las gallinas estaban hacinadas dentro de jaulas apiladas una encima de otra. Las de arriba no tenían más remedio que orinar y defecar sobre las de abajo. Los pollos son animales limpios y quisquillosos que necesitan limpiarse y tomar baños de polvo regularmente. Pero en granjas como estas, están obligados a vivir en la suciedad.
Heridas, enfermas y padeciendo dolor
El ano de una gallina estaba prolapsado, una enfermedad muy dolorosa y a veces fatal, a menudo causada por una dieta deficiente o por verse obligada a producir más huevos de lo natural (fue rescatada por los testigos y atendida.) Muchas otras sufrían lesiones dolorosas e inflamación de los pies, resultado de permanecer de pie sobre suelos de alambre sin descanso. Sin nada donde pisar, sus garras habían crecido excesivamente.
Los gases de amoniaco causados por la acumulación de excremento flotaban en el aire, irritaban los pulmones de las gallinas, y quemaban su piel. Según el Dr. van Ekert, estas quemaduras provocan una condición conocida como “escaldar”, que se siente igual que “quemarse con agua caliente.”
Una industria de desesperanza
Solo en Canadá, alrededor de 20 millones de gallinas son explotadas por sus huevos en galpones como estos. En todo el mundo, miles de millones sufren un trato similar. Estas horribles condiciones son la única vida que conocen. Mientras tanto, sus hermanos son considerados inútiles por la industria del huevo y los asesinan poco después de salir del cascarón. Las gallinas “ponedoras” son criadas selectivamente para producir tantos huevos como sea posible. Después de aproximadamente dos años de explotación, se “gastan” y su producción de huevos disminuye. Muchas entonces son llevadas a mataderos, donde les cortan las gargantas, las golpean y su maltrecha carne es utilizada para hacer comida para mascotas o sopa.
¡Tú puedes ayudar a detener esto!
Lo mejor que puedes hacer por las gallinas es negarte a comprar sus huevos y carne. Con tantas alternativas deliciosas y sanas, nunca ha sido más fácil dejar las comidas derivadas de animales.
Por favor, también insta a Egg Farmers of Canada a hacer que sus productores no abandonen a las gallinas en las fosas de estiércol.