Actualización: 3 de agosto de 2021
El Centro Nacional de Investigación de Primates Southwest (Southwest National Primate Research Center SNPRC), operado por el Instituto de Investigación Biomédica de Texas (Texas Biomedical Research Institute), ni siquiera puede proteger del clima a quienes mantiene prisioneros.
PETA ha descubierto documentos que revelan que, durante una tormenta invernal en febrero, 159 babuinos sufrieron una congelación dolorosa y tan severa que tuvieron que amputarles los dedos de las manos y los pies, o la cola. La cifra equivale a aproximadamente el 15% de los babuinos encerrados en el centro, los cuales han sido mutilados debido a la negligencia del personal. Más allá de la agonía de las heladas temperaturas de febrero, la pérdida de dedos podría perjudicar el estado mental de los babuinos. Dado que son primates muy táctiles, uno de los pocos placeres de estos animales –que son atormentados de forma rutinaria en experimentos inservibles– es ejercitar su capacidad de arrancar briznas de césped, manipular alimentos y acicalarse.
Estamos exigiéndole al Departamento de Agricultura de EE.UU. que investigue esta violación atroz a la Ley federal de Bienestar Animal (AWA), la cual difícilmente sea la primera del SNPRC. Sigue leyendo a continuación sobre su sórdido historial de otras violaciones a la AWA y luego actúa.
Publicado originalmente el 10 de enero de 2019
El Centro Nacional de Investigación de Primates Southwest (SNPRC) es uno de los siete llamados “centros insignia de primates” establecidos y financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y uno de los laboratorios con primates más grandes del mundo. Ubicado en San Antonio, el SNPRC es una filial del Instituto de Investigación Biomédica de Texas (Texas Biomed), que usó 3.006 primates no humanos (macacos, babuinos y titíes, entre otros) en experimentos en 2017. Un número no revelado de primates no humanos fue encerrado en la instalación con otros propósitos, como la reproducción. A pesar de estar prohibida la financiación federal para experimentos en chimpancés desde 2011, el SNPRC también sigue confinando a 77 chimpancés en su laboratorio, a pesar de que el público, miembros del Congreso y expertos como la Dra. Jane Goodall han pedido el envío de estos animales a santuarios.
En 2018, Texas Biomed recibió más de $27 millones de los NIH, incluyendo un subsidio principal de $7,9 millones para el mantenimiento de las operaciones básicas del SNPRC.
Los experimentadores de Texas Biomed infectan intencionalmente a los monos con virus como los del VIH/VIS (virus de inmunodeficiencia en simios), la hepatitis C, el Ébola, el dengue y Marburgo, lo que les puede generar una pérdida grave de peso, una importante insuficiencia orgánica, problemas respiratorios y trastornos neurológicos antes de morir con un dolor atroz o ser asesinados. Los monos también son regularmente expuestos a una variedad de sustancias tóxicas, incluyendo las de las bacterias causantes del ántrax. Los experimentadores de Texas Biomed han inyectado la neurotoxina MPTP en monos titíes para que los animales desarrollen síntomas que se asemejan a la enfermedad de Parkinson, entre ellos temblores fuertes, postura anormal, letargo y dificultad para comer.
Los informes de inspección federal revelan que el descuido y la negligencia en Texas Biomed han causado lesiones y la muerte de monos en el SNPRC. En un incidente reciente, dos macacos resultaron gravemente heridos después de que un empleado no asegurara correctamente un pestillo en un divisor que los separaba. Un babuino macho sufrió quemaduras de segundo grado en sus manos y pies después de entrar en contacto con un tubo de calefacción expuesto. En 2016, un babuino macho levantó la puerta de un bajante que debía haber estado asegurada, atacó a un babuino hembra y mató a su bebé. En 2013 y 2014, un joven babuino murió tras volverse famélico y sufrir grandes heridas por mordeduras en el cuerpo, varios monos murieron por estrangulamiento cuando quedaron enredados en los cables de las puertas (y nadie lo notó) y un babuino murió cuando una puerta de guillotina cayó sobre él. En 2018, la instalación llegó a los titulares de los medios de comunicación cuando cuatro babuinos encerrados allí escaparon usando un barril, poniendo en riesgo al propio personal de Texas Biomed, al público y a los babuinos.
En 2011, el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) multó a Texas Biom con aproximadamente $26.000 por permitir que en reiteradas oportunidades los primates escaparan de sus jaulas y se lastimaran a sí mismos y a otros, incluyendo a humanos. Esta sanción tuvo lugar tras la queja formal de PETA acerca de un incidente en 2010, en el que dos babuinos escaparon de sus jaulas y atacaron a un cuidador, un incidente que provocó que el laboratorio –entonces conocido como Southwest Foundation for Biomedical Research– fuera sancionado por dos violaciones a la Ley federal de Bienestar Animal, incluyendo por no manipular o alojar de manera segura. La multa también fue por un incidente de 2009 en el que un joven mono escapó de una jaula y salió a la intemperie, quedando expuesto al frío helado de ese momento. El animal sufrió hipotermia grave y hubo que aplicarle la eutanasia.
Aunque esta multa es “importante”, en relación a los débiles estándares de la aplicación federal de bienestar animal, es minúscula en comparación con los muchos millones de dólares que Texas Biomed recibe del gobierno federal por año para conducir experimentos crueles en animales.
El USDA está actualmente investigando a Texas Biomed por otras violaciones.
Insta a tus miembros del Congreso a que exijan que los Institutos Nacionales de Salud dejen de derrochar el dinero de los contribuyentes en experimentos crueles e inservibles en animales y se enfoquen en métodos de investigación modernos sin animales.