Las langostas tienen una infancia prolongada y una adolescencia complicada. Al igual que nosotros, sus embarazos duran nueve meses y pueden vivir más de 100 años. Tienen personalidades únicas y recuerdan a conocidos del pasado. Cada año, algunas langostas emprenden largas travesías de temporada y pueden trasladarse 100 millas e incluso más. Los cangrejos son capaces de aprender de sus errores y se adaptan a señales cambiantes en su ambiente. Tienen los sentidos de la vista, olfato y gusto bien desarrollados, y sienten y reaccionan ante el dolor.
Desafortunadamente, muchos cangrejos y langostas no sobreviven a sus mayores predadores, los humanos, quienes consumen decenas de millones de ellos cada año solo en EE. UU.
Cangrejos y langostas usados como comida
Contrariamente a lo que afirman los vendedores de mariscos, los científicos han determinado que las langostas pueden sentir dolor. La mayoría de los científicos coincide en que el sistema nervioso de una langosta es bastante sofisticado: estos animales incluso pueden sentir más dolor que los humanos en situaciones similares ya que no pueden entrar en shock. Y también, cuando los tienen en tanques, pueden sufrir por estrés asociado al confinamiento, por bajos niveles de oxígeno y por hacinamiento.
Tanto en restaurantes como en hogares, cuando colocan a las langostas en agua hirviendo, se mueven violentamente y rasgan los costados de la olla en un intento desesperado por escapar. En muchas plantas procesadoras, los crustáceos lo pasan incluso peor: un testigo de PETA documentó que en el matadero de langostas Maine de Linda Bean, los trabajadores les arrancaban una por una las extremidades a las langostas y cangrejos, les desprendían la cabeza, los empalaban en pinchos, los arrojaban en agua hirviendo y los maltrataban de otras formas. Biólogos marinos contactados por PETA coincidieron en que no existe manera humanitaria de matar a estos animales sensibles.
La industria pesquera usa diversos métodos para atrapar a millones de cangrejos cada año, como poner trampas en aguas poco profundas y arrastrar enormes redes a lo largo del suelo marino. Estos métodos también capturan a otros animales como aves, peces y otros mamíferos marinos, que son simplemente devueltos al agua muertos o moribundos.
Los cangrejos como las langostas son muchas veces arrojados dentro de ollas de agua hirviendo y son hervidos o cocinados al vapor estando vivos. Los cangrejos luchan con tanto ahínco por escapar, que muchas veces sus pinzas se rompen al intentar evitar una muerte claramente dolorosa. Algunos de los que son usados para comida son electrocutados, algunos son picados, y otros son cocinados en microondas, todo mientras están conscientes. Afortunadamente, es fácil evitarles este dolor a los cangrejos y langostas: simplemente elige maravillosos productos del mar veganos la próxima vez que vayas de compras.
¿Listo para actuar?
Cómo sufren los cangrejos ermitaños en el comercio de mascotas
Se capturan millones de estos animales en la naturaleza cada año porque estos nobles animales raramente se reproducen en cautiverio. Antes de ser encerrados en estrechas cajas de plástico sin nada más que una capa de grava y algunos pequeños objetos baratos de plástico, estos animales asustadizos padecen condiciones infernales en los grandes depósitos de almacenamiento que proveen animales a las tiendas de mascotas. Mira el impactante video a continuación para conocer lo que un testigo de PETA vio en un proveedor para cadenas de tiendas como Petco.
Los cangrejos ermitaños pueden vivir más de 30 años en su hábitat natural, pero tras ser comprados, la mayoría no vive más de algunos meses. Como es el caso de otros pequeños animales, los cangrejos ermitaños no son “mascotas de iniciación”. Tienen necesidades complejas y necesitan toda una vida de cuidados especializados. La mayoría de la gente ni siquiera sabe que la pintura que normalmente aplican las tiendas de mascota en el caparazón de estos animales puede envenenarlos lentamente. Los cangrejos ermitaños necesitan compañía, mucho espacio para trepar, sustrato para enterrarse para mudar la piel, además de humedad, temperaturas cálidas, conchas adicionales, agua fresca y salada y mucho, mucho más.
Nunca compres un cangrejo ermitaño ni ningún otro animal. Si tú o alguien que conoces ya tiene un cangrejo ermitaño, mira esta guía de cuidados.
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Ponles el pincho a los abusadores de animales: Actúa por los cangrejos y las langostas
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