Conoce a Tilikum, la orca más grande en cautiverio, pesa 12.500 libras y mide más de 22 pies de largo.
Tilikum fue capturado cerca de Islandia en noviembre de 1983, hace 30 años. A los dos años, cuando medía aproximadamente 13 pies, fue separado de su familia y su hogar en el océano.
Después de su captura, fue mantenido en un tanque de cemento durante casi un año en el zoológico marino Hafnarfjörður cerca de Reykjavík, Islandia, mientras esperaba ser transferido a un parque marino. Mantenido cautivo en contra de su voluntad, todo lo que podía hacer era nadar en pequeños círculos y flotar sin rumbo fijo en la superficie del agua, lejos del océano inmenso en el que había nadado cien millas al día junto a los miembros de su familia.
Finalmente, fue trasladado al Sealand del Pacífico en Columbia Británica, Canadá, y obligado a llamar a su desolada piscina de 100 x 50 pies – con tan solo 35 pies de profundidad – su triste nuevo “hogar”.
Le retenían la comida como una técnica de entrenamiento y a menudo soportaba dolorosos ataques de Haida y Nootka, dos dominantes orcas hembras. Era obligado a actuar puntualmente a cada hora ocho veces al día, los siete días de la semana. El constante estrés y cansancio le ocasionaron úlceras estomacales.
Cuando el parque cerraba las puertas al final de cada día, las tres orcas incompatibles eran hacinadas en un diminuto módulo redondo con paredes de metal por más de 14 horas hasta que el parque abriese la siguiente mañana.
El 21 de febrero de 1991, la entrenadora del Sealand, Keltie Byrne cayó en la piscina donde estaban las tres orcas. Fue halada por Tilikum hasta el fondo del recinto, zarandeada por las tres orcas, y al final ahogada. A los empleados del Sealand les tomó dos horas rescatar su cuerpo de las orcas. Ella fue la primera de tres personas asesinadas debido al estrés, frustración y confinamiento de Tilikum.
Poco después de la muerte de Keltie, Sealand cerró sus puertas para siempre y pusieron a Tilikum a la venta, como si fuese nada más que una mercancía.
Cuando SeaWorld supo que un macho de 12.000 libras, la orca más grande en cautiverio, estaba a la venta, la compró rápidamente para su programa de reproducción, aparentemente dando poca importancia a su reputación de matar y agredir. El esperma de Tilikum fue utilizado para desarrollar una colección de orcas, y ahora el 54 por ciento de las orcas de SeaWorld tienen sus genes.
En el transcurso de 21 años en el SeaWorld, donde está confinado a un tanque que contiene 0.0001 por ciento de la cantidad de agua que él recorrería en la naturaleza en un solo día, Tilikum ha estado involucrado en numerosos incidentes de agresión. El estrés del cautiverio lleva a Tilikum a mostrar comportamientos anormales y repetitivos, que incluyen roer rejas de metal y las paredes de concreto de su tanque – tanto, que la mayoría de sus dientes están completamente desgastados.
El estrés del cautiverio también hace que Tilikum muestre agresión hacia los humanos, lo que ha costado dos vidas más – las de Daniel P. Dukes en 1999 y Dawn Brancheau en 2010. Tilikum le arrancó la cabellera a Dawn y la desmembró, así como también le rompió huesos a lo largo de su cuerpo antes de ahogarla.
Luego de la trágica muerte de Dawn, Tilikum fue mantenido en un recinto diminuto que limitaba aún más su habilidad para nadar, comunicarse con otras orcas e interactuar con humanos. Según informes, flotaba lánguidamente por varias horas consecutivas, un comportamiento nunca antes visto en orcas libres.
Después de un año en aislamiento, Tilikum fue llevado devuelta al escenario. SeaWorld está apelando su citación legal por violar una ley federal de seguridad en el trabajo destinada a proteger a los trabajadores de peligros evidentes que amenacen la vida y está pidiendo al gobierno que permita a los seres humanos nadar con las orcas a pesar del riesgo.
Tilikum no es la única orca que se ha vuelto agresiva como resultado de todo el estrés que las ballenas se ven obligadas a soportar en los pequeños tanques en el SeaWorld. Los registros del propio parque contienen 600 páginas de reportes de incidentes que documentan comportamientos peligrosos e inesperados de orcas con entrenadores, incluyendo más de 100 incidentes en los que una ballena asesina golpeó, embistió, arremetió, haló, sujetó y nadó agresivamente con entrenadores del SeaWorld, muchos de los cuales resultaron en lesiones humanas, incluyendo un encuentro cercano a la muerte experimentado por el entrenador Ken Peters.
Las agresiones hacia los humanos y entre las orcas son prácticamente inexistentes en la naturaleza, pero el estrés constante de vivir en grupos socialmente incompatibles dentro de tanques diminutos en el SeaWorld hace que se insolenten, presentando un peligro tanto para las otras ballenas como para los empleados por igual.