Unna, una orca de 18 años encerrada en el SeaWorld de San Antonio, murió el diciembre pasado después de un largo sufrimiento por la infección micótica candida. Era la hija de Tilikum, una orca mantenida en el SeaWorld de Orlando, que fue la orca del documental Blackfish.
BREAKING: Young orca, Unna, has just died at #SeaWorld after suffering from a fungal infection for months. pic.twitter.com/sKEalGJ5ax
— PETA (@peta) diciembre 22, 2015
Unna nació en cautiverio y es la 38ava orca utilizada por SeaWorld que muere mucho antes de su expectativa de vida, aunque, de hecho, es difícil llamarlo “vivir” cuando su “vida” consistió en ser arrebatada de su madre justo antes de cumplir seis años, ser preñada cuando tenía tan solo 8 años antes de dar a luz a una cría que nació muerta, y ser tan privada de enriquecimiento y de oportunidades para participar en comportamientos naturales quien obsesivamente hurgó la pintura del fondo de la piscina de espectáculos de SeaWorld hasta que su cara resultó gravemente herida.
An 18-year-old killer whale, #Unna, died on Monday after a months-long illness at #SeaWorld https://t.co/9vhJWvnQcf pic.twitter.com/AMehn3wzMr
— CNN (@CNN) diciembre 22, 2015
Aunque la infección que probablemente mató a esta orca es común en cautiverio, no hay evidencia que sugiera que los mismo es cierto para las orcas en la naturaleza. PETA le está haciendo un llamado a SeaWorld para que deje de sentenciar a las orcas a vidas miserables de privación en lúgubres tanques y para que comience a construir santuarios costeros.
Las orcas en la naturaleza pueden vivir hasta 50 años, en promedio, y se sabe que han vivido hasta 100 años. La vida de Unna ni siquiera duró la mitad del tiempo que debería haber durado, y ella nunca supo cómo se siente nadar por millas en el océano.
Treinta y ocho orcas son demasiadas.
Qué puedes hacer
Ninguna orca merece vivir ni morir en cautiverio. Por favor dile a SeaWorld que pare de criar orcas y que retire a las orcas que quedan en su parque a un santuario costero.