Tras un largo año de intensas campañas por parte de PETA, los Institutos Nacionales de la Salud (NIH por sus siglas en inglés) anunciaron que le pondrán fin a los crueles experimentos sicológicos en monos bebé, llevados a cabo por Stephen Suomi, quien lideró este horrible proyecto en NIH por más de 30 años. Su laboratorio será cerrado y él no volverá a estar involucrado en ningún experimento con animales.
La decisión –que fue inicialmente confirmada por la oficina del representante Brendal Boyle– fue anunciada cuando PETA estaba preparándose para publicar nuevos y perturbadores videos y mensajes de correo electrónico obtenidos del NIH, los cuales mostraban que los experimentos habían continuado a lo largo de este año y que los funcionarios del NIH habían mentido acerca del estatus del proyecto a los miembros del congreso, a los medios de comunicación y a otros.
La campaña de PETA comenzó en el otoño pasado cuando publicamos perturbadoras grabaciones de video de experimentos crueles y arcaicos de privación materna, en los que los monos bebé fueron separados de sus madres en el momento de nacer, aterrorizados con sonidos fuertes y falsas serpientes, intimidados por experimentadores humanos, convertidos en adictos al alcohol y obligados a vivir solos en jaulas diminutas con el fin de empeorar su angustia sicológica. El trauma sicológico y físico que NIH infligió en los bebés dejó a muchos de ellos lisiados de por vida.
El esfuerzo de PETA para poner fin a que los monos sean aterrorizados y torturados en NIH incluyó coloridas protestas, campañas publicitarias contundentes, la interrupción de un seminario del NIH, e incluso una instalación de arte urbano de guerrilla por todo D.C. por parte del renombrado artista Dan Witz.
Más de 250.000 simpatizantes de PETA les escribieron y llamaron a las autoridades gubernamentales para solicitar que actuaran. Algunas celebridades –incluyendo al actor James Cromwell, al ícono de la televisión Bob Barker, a la sicoterapeuta de celebridades Dra. Jenn Berman, a la estratega conservadora Mary Matalin y a miembros del congreso– liderados por la representante Lucille Roybal-Allard–, así como varios científicos criticaron los experimentos. La Dra. Jane Goodall señaló que además de ser inhumanos, los experimentos no son aplicables a los humanos y pueden fácilmente ser reemplazados con herramientas de investigación más avanzadas basadas en humanos.
En respuesta a las noticias, la representante Roybal-Allard comentó: “Por más de un año, he trabajado para poner fin a los experimentos crueles e inútiles en los monos bebé en los Institutos Nacionales de Salud. Estoy orgullosa de haber ayudado a que el NIH termine estos experimentos, y me alegra que el laboratorio en el que se llevaban a cabo los experimentos sea cerrado después de más de treinta años. Sin embargo, todavía hay más trabajo por hacer. Debemos mandar a estos monos a santuarios y realizar una revisión más detallada de todas las pruebas en primates de modo que podamos identificar y poner fin a los experimentos innecesarios”.
PETA interpuso varias quejas y críticas científicas con las agencias federales y realizó seguimiento atento en el estatus de los experimentos a través de la Ley de Libertad de Información.
Hay aproximadamente 300 monos que permanecen en el laboratorio del NIH y lucharemos para que sean retirados en santuarios, tal como el NIH se ha comprometido a hacer con los chimpancés.