Tras una investigación de PETA que expuso a Steve Asmussen por explotar a sus trabajadores, entre otros abusos, el notorio entrenador de caballos ha resuelto otra demanda federal por robo de salarios.
De acuerdo con los documentos de la resolución propuesta, Asmussen accedió a pagar $600.000 en sueldos atrasados y penalidades por violaciones entre 2016 y 2020 como resultado de una demanda legal de parte del Departamento de Trabajo de Estados Unidos (DOL, por sus siglas en inglés) por presuntas violaciones a la Ley de Estándares de Trabajo Justo (Fair Labor Standards Act). La demanda federal alega que Asmussen no pagó horas extras a 170 empleados, incluyendo a cuidadores y paseadores de hipódromos del estado de Nueva York. Como documentó PETA, Asmussen hace dinero a costa de caballos maltratados y de la explotación de empleados.
En 2013, un investigador de PETA documentó que Asmussen drogó a caballos adoloridos y heridos para encubrir su dolor y hacerlos correr más rápido, pero no descubrimos al entrenador explotando solo a los caballos. Esta misma investigación reveló que Asmussen sometía a sus empleados a condiciones de trabajo despiadadas, incluyendo hacerlos trabajar largas y duras horas por poca compensación y a menudo, hacerlos dormir en establos y espacios de arreos. Asmussen y su asistente, Scott Blasi, también requerían que trabajadores indocumentados obtuvieran identificaciones y tarjetas de Seguridad Social falsas para poder ser contratados.
Esta es la tercera demanda legal con la que el DOL sancionó a Asmjussen, algo que no sorprende, considerando las violaciones laborales generalizadas en la industria de entrenamiento de caballos. En 2020, el entrenador George Weaver llegó a un acuerdo con el DOL por $425.000 después de que la agencia dijera que no pagó a sus empleados el salario requerido por hora, y las horas extras. Y en 2019, el entrenador Chad Brown pagó $1.617.673 por violaciones que incluían no pagar salarios prometidos y la tergiversación de términos y condiciones laborales.
Parte de la investigación de PETA sobre las actividades de Asmussen se desarrolló en Nueva York, y tanto Weaver como Brown fueron investigados y enjuiciados en Nueva York, que destina más de $230 millones anuales en pagos de apoyo a la industria hípica. Incluso con un incremento de desembolso de dinero, con la ayuda de subsidios estatales, Asmussen y otros entrenadores continúan robando a sus empleados. Desde trabajadores que ganan salarios míseros, hasta caballos que sufren heridas fatales a tasas alarmantes, está claro que se deben implementar más reglas para proteger a los individuos explotados en la industria de las carreras de caballos.
Actúa para mantener a los caballos a salvo
En 2020, murieron 60 caballos en los hipódromos de Nueva York y la Comisión de Juegos del Estado de Nueva York no ha hecho lo suficiente para evitar que mueran aún más caballos. Por favor, dile a la comisión que tome medidas ya:
¡EXPRÉSATE POR LOS CABALLOS DE LOS HIPÓDROMOS DE NUEVA YORK!