Escrito por Jennifer O’Connor
Hace algunos años, escuché que alguien tocaba fuerte y frenéticamente en mi puerta. Me apresuré para abrirla y encontré a mi vecino de al lado parado en el peldaño con los guantes puestos y una funda de almohada en la mano. Había pasado para advertirme que su “mascota” pitón había escapado del tanque en que lo mantenía confinado y ahora estaba libre. Como si esto no fuera lo suficientemente alarmante, él admitió que había estado fuera de la ciudad por “un par de semanas” y no estaba seguro acerca de exactamente cuándo Bruno, la serpiente, finalmente había tenido tanta hambre como para escapar del tanque. ¿Podría mantenerme alerta?
Así pues dormí con un ojo abierto hasta que encontraron a Bruno, algunas semanas después, demacrado y muerto, detrás de las secadoras de ropa en el cuarto de lavandería del edificio. Quedé consternada cuando mi descuidado vecino despreocupadamente anunció su intención de comprar un “reemplazo”. No fue sino hasta que los demás vecinos protestaron que se frustró su plan. Desafortunadamente, muchas mascotas de moda encuentran el mismo horrible final que Bruno. No hay ninguna buena razón para comprar una serpiente, pero hay muchas razones para no comprarlas:
1. Es un negocio sucio.
Los criadores venden animales en masa y la mayoría de los reptiles son arrebatados de sus hábitats naturales por una industria lucrativa que trata a los sensibles y frágiles animales con tan poco cuidado como si fueran las partes de un carro. Durante una investigación de PETA de un distribuidor de California llamado Global Captive Breeders, las serpientes y otros reptiles estaban tan descuidados que, en muchos casos, incluso sus muertes pasaron desapercibidas. Los recintos estaban colmados con cadáveres en descomposición repletos de gusanos.
2. Las serpientes tienen necesidades específicas.
Aun cuando los distribuidores que buscan obtener una ganancia pueden minimizar lo que los reptiles necesitan, las serpientes requieren iluminación de espectro y dietas precisas. Ellas evitan el contacto con los humanos, y, el ser sostenidas, tocadas, acariciadas o pasadas de un lugar a otro es estresante y las vuelve susceptibles a enfermedades y lesiones. Y dado que las serpientes no se quejan, gritan ni se estremecen, las heridas pueden pasar desapercibidas y sin tratamiento.
3. Un ciclo de matanza.
Las serpientes comen conejos, ratones y grillos, animales que tendrás que comprar de una tienda de mascotas, promoviendo aún más la industria.
4. El cautiverio es cruel.
En lugar de explorar selvas exuberantes y pantanos, y de experimentar todos los placeres sensoriales con los cuales están tan profundamente en sintonía, las serpientes en cautiverio son relegadas a acuarios en los cuales no pueden ni siquiera estirar todo su cuerpo, y mucho menos moverse o trepar.
5. Mortalidad por las nubes.
Un estudio publicado por la Royal Society of Biology del Reino Unido encontró que al menos 75 por ciento de las mascotas que son serpientes, lagartijas y tortugas mueren en menos de un año en un hogar humano. Se cree que la mayoría de estos animales recién adquiridos mueren por el estrés relacionado con el cautiverio.
Las “mascotas que hay que tener” se vuelven una carga inconveniente rápidamente. La mayoría de las serpientes terminan siendo ignoradas y descuidadas en sótanos oscuros o en garajes. Y muchas son simplemente descartadas afuera como basura, abandonadas para que mueran de hambre, por exposición a las condiciones climáticas o por depredación, y aquellas que sobreviven pueden causar estragos en los ecosistemas locales.
Por favor, nunca compres una serpiente ni ningún otro animal de una tienda de mascotas y pídeles a tus amigos y familiares que tampoco apoyen esta industria mortal.
