A través de una petición a la ley de libertad de información, PETA ha obtenido información del Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura de EE.UU. (U.S. Department of Agriculture Food Safety and Inspection Service) sobre varias gallinas que llegaron al matadero de Tyson Foods en Alabama, con ligas de hule envolviéndolas de forma tan ceñida que sus cuerpos se deformaron, y las ligas se les encarnaron. Los documentos muestran que las aves habían estado atrapadas en las ligas “durante bastante tiempo,” dada la severidad de las heridas, no cabe lugar a dudas que sufrieron en estas condiciones durante semanas.
Las gallinas llegaron al matadero en estas condiciones, en dos ocasiones aisladas y con varios meses de diferencia. Fueron asesinadas antes de que nadie lo notase. Los correos electrónicos revelaron que Tyson había contactado a la granja, misma que respondió que las ligas habían sido dejadas en el cobertizo de las gallinas por unos trabajadores de construcción. Los empleados de la granja no tardaron en echarle la culpa a las gallinas también, diciendo que ellas solas se atoraron en las ligas. Pero a la granja se le escapó lo que sería quizás, de lo más obvio: Muchas de sus gallinas tenían ligas de hule apretándoles tan fuerte el cuerpo que sufrieron heridas serias, y los trabajadores nunca lo notaron.
No nos sorprende. La industria de la carne mantiene su atención en las ganancias, no en los animales.
Lo que puedes hacer:
Insta a Tyson a que tome acción en contra del peor abuso de gallinas en sus mataderos.
