Por qué los grillos son amigos, no comida

Criar animales para producir comida es una de las prácticas que más desperdician, gastan recursos y dañan el ambiente. Una pregunta lógica ante la destrucción masiva que causan las industrias de la carne y los lácteos, sería; “¿Por qué no mejor, ingerimos proteínas de frutas, verduras, legumbres y granos?”

Sin embargo –y muy frustrantemente- las empresas alimentarias buscan fuentes “de proteína alternativa.” En vez de quedarse con las opciones sostenibles, gastan sus energías en opciones que te revolverán el estómago –como insectos.

Sí, leíste bien: insectos.

Los cimientos de esta producción ya están listos, ahora hay más productos derivados de animales, obtenidos con métodos crueles, como el polvo de proteína y las barras hechas a base de grillos triturados y “procesados”, así como las “frituras” de grillos, para las cuales hay que matar a un grillo, por fritura. Aparentemente, nada es más apetitoso que comer un puñado de insectos machacados –y con ellos sus vísceras, patas, alas, antenas…– mientras ves el fútbol.

Hoy día, los insectos se han convertido en ingredientes comunes en la comida, tal como la tintura rojo carmín (que proviene de los cuerpos machacados de las cochinillas hembra), la goma laca o shellac, se encuentra en ciertos dulces y lacas (hecha a base de los cuerpos triturados de gusanos laca). Así es que depende de los consumidores como tú, ¿Quieres seguir consumiendo “proteína de insectos” o no?

Para todos aquellos que se preguntan, “¿De dónde voy a conseguir proteína si no es de un animal?” –¡no teman!

En primer lugar, la gente está convencida de que necesitamos más proteína de la que en realidad es necesaria para mantenerse saludable y musculoso. En segundo lugar, existen cientos de polvos proteínicos, barras de proteína, y sí, hasta frituras, que te pueden proveer de toda la proteína que necesites –sin lastimar a ningún animal en el proceso.

Los grillos, como todos los animales que se usan en la industria de la comida, no nos hacen ningún daño. Al contrario, tocan arrulladoras canciones en las cálidas noches de verano, inspiran personajes de películas, y son altruistas. Los machos arriesgan sus vidas para proteger a sus féminas embarazadas. Y lo que es más, son seres sensibles que existen por sus propias razones.

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