Para los Trabajadores de Campo de PETA, Cada Animal Merece Ser Tratado Como una Princesa

No podemos decir de quién es la sonrisa más grande: la de Princess o la de nuestra trabajadora de campo. Son sonrisas como las de este perro las que ayudan al equipo de campo de PETA a vivir con esperanza mientras responden a los casos y llamadas de auxilio, las 24 horas del día.

El personal veterinario de las clínicas móviles de esterilización y castración de PETA esterilizó a Nina, que sufría de piómetra, una infección uterina potencialmente mortal. Realizamos la cirugía, que costaría hasta $ 1.500 en una clínica veterinaria privada (y significativamente más en caso de emergencia), sin cargo para los agradecidos guardianes de Nina. PETA realiza muchas cirugías de esterilización y otros servicios sin costo para ayudar a familias indigentes.

Batman

Pebbles

De izquierda a derecha: Bandit, Cupcake y Max.

Cinco de nuestros empleados de la clínica móvil también viajaron casi tres horas desde nuestra sede en Norfolk, Virginia, hasta una comunidad rural de bajos recursos para un “maratón de esterilización” en colaboración con la SPCA Lake Country de Clarksville, Virginia, donde esterilizamos a 105 animales en solo dos días

Snowball antes, encadenada a un árbol con solo una casa plástica inadecuada como refugio. Snowball después, recibiendo el merecido amor de su nueva familia.

¡Qué ejemplo de un “antes” y un “después”! Cuando la dueña de Olga se dio cuenta de que su enérgica y joven mestiza de labrador retriever, mantenida en esta pequeña jaula fuera, de la casa 24 horas, todos los días, necesitaba más atención y ejercicio del que ella podía ofrecerle, le dio la perra a PETA. Trasladamos a la dulce cachorra a la SPCA de Norfolk, donde una familia encantadora pronto la adoptó.

Esta gata, llamada África, estaba viviendo a la intemperie y padeciendo una infestación de piojos y una grave infección de las vías respiratorias superiores. La sacamos de las calles y la pusimos en manos de la SPCA de Virginia Beach para recibir tratamiento médico y la oportunidad de ser adoptada. PETA subsidia el costo de cualquier tratamiento veterinario necesario cuando transferimos animales como África a refugios asociados.

Cuando recibimos una llamada de alguien preocupado acerca de una gata que había estado atrapada en un árbol por más de cuatro días, encontramos a alguien del lugar que subiera al árbol para ayudarla a bajar de forma segura. Después de recuperarse de la horrible experiencia y recibir un certificado de buena salud, Wendy fue adoptada para estar solo dentro del hogar con Sherman, otro gato rescatado por PETA.

Esta pequeña beagle aterrorizada llamada Delilah estaba confinada en un cobertizo a la intemperie con nada más que agujas (hojas) de pino como cama. Débil y con poca movilidad, debido a una enfermedad transmitida por las garrapatas y desnutrición severa, se pudo recuperar en un hogar adoptivo que PETA le consiguió. Desde entonces ha sido aceptada por su familia adoptiva y su nuevo hermano canino la ha ayudado a aprender a correr, saltar, jugar y acurrucarse como una campeona.

Una de las solicitudes de asistencia que recibimos este trimestre fue para Dior, cuya infección de oído hizo que ella sacudiera tanto su cabeza que los vasos sanguíneos de sus orejas se rompieron provocándole una acumulación de sangre debajo de la piel. Nuestro personal veterinario drenó el hematoma y trató la otitis. También trasladamos a Dior a la clínica y luego de regreso, sin costo.

Entregamos juguetes (como el que le dimos a King, izquierda), cortamos uñas (incluyendo las de este cachorro, derecha), reparamos casas para perros y reemplazamos cadenas cortas y pesadas por correas livianas de 15 pies.

Antes de que apareciera PETA, el “refugio” de G era una casa vieja y deteriorada en un área de tierra lodosa. Instalamos su nueva casa en una zona más adecuada de la propiedad, reemplazamos su collar ‘de castigo’ por uno cómodo de nailon y cambiamos su cadena pesada por un amarre liviano.

A través de nuestro programa Barks & Books (Ladridos & Libros), entregamos libros para niños con temas sobre el respeto a los animales, a niños que conocimos en el campo y en nuestras clínicas de esterilización y castración. También entregamos docenas de libros para niños a Little Free Libraries para asegurarnos de que tengan material de lectura respetuoso con los animales.

Obsequiamos paja para cama en las comunidades locales y divulgamos la nueva legislación de Virginia, que prohíbe el encadenamiento en climas extremos (¡que fue aprobada después de un gran impulso de PETA!) con una pancarta imposible de no ver en nuestra camioneta.

Autumn, una pitbull de 13 años, fue llevada a PETA para recibir ayuda para pacientes en fase terminal porque se había quedado ciega y estaba padeciendo de numerosos tumores cancerosos, incluyendo uno que se había ulcerado. Ella fue uno de los animales a los que le practicamos la eutanasia, sin costo alguno para los guardianes que no podían permitirse pagar este servicio vital en una clínica veterinaria privada.

Jack pasó su vida encadenado afuera las 24 horas de todos los días de la semana. Su dueño llamó a PETA cuando comenzó a mostrar signos de insuficiencia cardíaca en etapa terminal debido a la enfermedad del gusano del corazón. Estaba letárgico con un abdomen muy distendido y apenas podía respirar. Corrimos en su ayuda y su dueño tomó la decisión humanitaria de terminar con su sufrimiento.