Imagina que eres un líder espiritual internacional, capaz de crear un cambio poderoso y positivo para el planeta y todos los que lo habitan. Imagina que compartirás una mesa con los principales líderes mundiales en un momento crucial para la catástrofe climática. Imagina que se servirá carne en esa mesa, a pesar de que las Naciones Unidas han pedido un cambio global hacia una alimentación vegana para ayudar a proteger el medio ambiente. Esa es la posición del Papa Francisco I en la Conferencia de los partidos de la CMNUCC (COP27), también conocida como Conferencia de las Naciones Unidas, sobre el Cambio Climático. Es por eso que la división de alcance cristiano de PETA, LAMBS (“Los más pequeños entre mis hermanos y hermanas” de Mateo 25:40), envió una carta al pontífice el 9 de noviembre, instándolo a dar los primeros pasos hacia la justicia climática al reinstaurar los viernes sin carne, incluyendo la carne de pescado, en su nueva proscripción, y excomulgando a los católicos que comen animales.
La excomunión puede sonar extrema cuando hablamos de lo que la gente pone en su plato, pero cuando la salud del planeta y el futuro de la vida están en juego, nadie debería comer carne, y mucho menos los líderes mundiales en la mesa de la COP27 –quienes deberían estar dando el mejor ejemplo de compasión por los animales al volverse veganos durante la emergencia climática.
La COP27 se llevará a cabo este año del 6 al 18 de noviembre en Sharm el Sheikh, Egipto. En la costa del Mar Rojo que tiene un arrecife de coral floresciente; el lugar tiene un significado tanto bíblico como natural. Es un lugar privilegiado para que el Papa tome acción.
El Papa está en una posición de poder para oponerse al especismo y elevar defender a toda la creación
Los seres humanos matan a miles de millones de animales utilizados como alimento cada año debido a nuestro condicionamiento especista. Estos animales son criados a la fuerza y mantenidos en recintos diminutos, soportan mutilaciones, como cortes de cola y castración, sin alivio para el dolor, y son asesinados violentamente en mataderos de todo el mundo. Los peces utilizados como alimento son apuñalados, asfixiados, aplastados o cortados y eviscerados, a menudo mientras aún están conscientes. El Papa fácilmente podría animar a los católicos a ser compasivos explicando que lo que les sucede a los animales en la industria alimentaria va tan terriblemente en contra de las enseñanzas bíblicas que debería ser un delito punible con la excomunión.
Francisco ya ha declarado que el consumo de carne es parte de una “tendencia autodestructiva” e instó a los católicos a hacer todo lo posible para combatir la catástrofe climática. Habiendo sentado estos precedentes, tiene en sus manos el poder de promover ese mensaje en la conferencia, extendiendo su alcance e influencia en otros líderes para que sigan su ejemplo.
PETA espera que el Papa les dé a todos sus seguidores una razón para volverse veganos. Podría considerar resaltar el hecho edificante de que cada persona que se vuelve vegana salva a casi 200 animales cada año de un destino cruel.
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