“Cualquiera puede iniciar o dirigir uno. Nadie mirará por encima de su hombro”. Así es como Julie Levy, profesora de medicina de refugios de animales en la Universidad de Florida, describió la evidente falta de regulaciones e inspecciones requeridas para los autoproclamados “rescates” de animales en el estado. Este problema no se limita a Florida. En la mayoría de los estados, los “grupos de rescate”, los autoproclamados “rescatadores”, los “hogares de acogida” y otras entidades similares no están sujetos a muchos estándares legales de cuidado de animales, si es que tienen alguno.
Los resultados son desastrosos: los animales están sufriendo y muriendo de formas terriblemente dolorosas en las manos de quienes afirman estar “rescatándolos”. Las personas preocupadas por los animales deben ponerse en contacto con sus legisladores y exigir que se tomen medidas en esta situación abismal; sigue leyendo para saber cómo hacerlo.
Morir de hambre, a solo unos metros de la comida
PETA obtuvo recientemente fotos de la escena del crimen en el interior de un apartamento propiedad de Cheryn Smilen, una autoproclamada “rescatadora” en Miami, que fue sentenciada a casi un año de cárcel por dejar morir de hambre a los gatos que había acumulado.
Los vecinos a menudo veían gatos llorando y arañando las ventanas dentro del diminuto apartamento de una habitación de Smilen. Pero lo que finalmente llevó a la policía a investigar fue el hedor abrumador. En el interior, encontraron “una enorme cantidad de gatos muertos”, en distintas etapas de descomposición. Las heces y la orina cubrían el lugar donde hacía un calor asfixiante mientras las pulgas saltaban sobre las piernas de un detective.
En medio de este espanto, decenas de gatos emaciados y hambrientos luchaban por sobrevivir. Las imágenes de video que obtuvo PETA muestran a un gato que parecía estar muerto pero que aún respiraba, apenas aferrándose a la vida. En su desesperación, algunos gatos aparentemente habían recurrido a comerse a los que habían muerto: los huesos de sus cadáveres canibalizados cubrían el apartamento. Una gran cantidad de alimento para gatos estaba sin abrir, a solo unos pies de distancia de los animales hambrientos.
Traicionados por refugios, entregados a maltratadores
Es difícil pensar en el sufrimiento que estos gatos padecieron. Pero lo que es casi igual de inquietante es cuántos de ellos terminaron en esta horrible situación: PETA reveló registros que muestran que al menos algunos fueron entregados a Smilen por refugios de animales.
Los refugios de animales, las mismas instalaciones que se supone que brindan refugio a los animales vulnerables y los protegen del maltrato, entregaron los gatos a un “rescatador” que los descuidó, los mantuvo en la miseria y los dejó morir de hambre. Los refugios sacaron a estos gatos de sus instalaciones, los marcaron como “liberación de animales con vida” y aparentemente nunca se molestaron en hacerles un seguimiento. Tales tácticas pueden lograr que las estadísticas de eutanasia de los refugios se vean (artificialmente) bajas, pero a menudo resultan en la muerte de animales.
Todo es parte de la estrategia equivocada de “salvarlos a todos” y evitar la eutanasia a toda costa. Pero no se está salvando animales en absoluto: los están condenando a sufrir y morir a manos de personas como Smilen. Cientos de otros casos en los que los “rescates” han acaparado, maltratado y descuidado fatalmente a los animales han sido reportados en todo EE. UU., incluso en el K9 and Feline Assistance Program, Bully Breed Miracle Network and Rescue, Tails of Courage Animal Rescue, y Tiggy Town Rescue, por nombrar solo algunos.
Ninguna regulación en los rescates conduce a rampante maltrato
Un número incalculable de animales languidecen y mueren en este momento en los autoproclamados “rescates” que operan bajo el radar, porque nadie está al tanto de lo que sucede con los animales cuando son “liberados con vida” una vez que salen de los refugios y nadie investiga los “rescates”.
“Renunciamos a los rescates porque van y vienen, y muchos de ellos están bastante desorganizados”, dijo Levy, explicando por qué la Universidad de Florida no rastrea a esos grupos. “En primer lugar, no guardan los datos”. Como dijo acertadamente un reportero del South Florida Sun-Sentinel, “La falta de supervisión… crea mucho espacio para malas intenciones”.
¿Cuántos animales más sufrirán y morirán antes de que los legisladorestomen medidas para regular esta industria fuera de control?
Exigir acción para proteger a los animales
Comunícate con los legisladores estatales y locales y exige que todos los grupos de “rescate” de animales sean regulados e inspeccionados periódicamente. También insiste en que se requiera que los refugios de animales financiados por los contribuyentes acepten a todos los animales en lugar de rechazarlos. Esto es vital para su seguridad y para mantenerlos fuera del alcance de maltratadores como Smilen.
Si el refugio de animales de tu localidad permite que grupos o “rescatadores” individuales se lleven animales, insiste en que primero requieran la inspección de sus instalaciones y hagan un seguimiento regular, incluso realizando visitas sin previo aviso. Como han dejado dolorosamente claro el caso de Smilen y cientos de otros, la confianza ciega no es suficiente cuando se trata de proteger a los animales vulnerables.