Para millones de animales que se encuentran en refugios, el día de adopciones es probablemente uno de los días más felices de sus vidas. Es un día de celebración para los trabajadores de los refugios también, que dedicaron sus propias vidas a salvar otras. Pero para una dulce cerda y el refugio que la rescató, el día de adopciones fue algo más que una traición.
Molly era una cerda vietnamita de potbelly de 3 años quien fue rescatada durante una investigación de crueldad y llevada a la SPCA de Columbia Británica para tener la oportunidad de ser feliz. El personal la trató por sus problemas de salud como resultado de la negligencia, y se abocaron a encontrarle una familia permanente.
Pensaron que la habían encontrado, en una pareja que pasó los filtros rigurosos de la adopción y el asesoramiento, prometiendo darle a Molly la vida que merecía y tenerla como compañía, afirmando explícitamente que nunca la comerían. Solo un mes después, el refugio se enteró por defensores de los animales de que la pareja había asesinado a Molly. Incluso publicaron fotos y videos de ellos en línea, preparando la “carne”. El personal del refugio estaba devastado, furioso y muy afligido.
Otro aspecto de este caso que es verdaderamente trágico, es que si alguien adopta a una perra y luego la asesina y la come, en muchos lugares podrían ser procesados. Pero debido a que Molly era una cerda, un animal considerado por los expertos de comportamiento de ser incluso más inteligentes que los perros e igual de amistosos y leales, no existirá la misma justicia.
Los animales no comprenden por qué a algunos los tratamos como amigos y a otros como inconvenientes, camino a nuestros platos. Y los humanos no podrán nunca esperar lograr igualdad hasta que comencemos a hacernos la misma pregunta.