Escrito por Jennifer Bates
Para Fifi, una osa parda de Siria, la vida solo podía mejorar: pasó sus primeros 10 años en un destartalado zoológico de carretera en Pennsylvania donde la obligaban a pararse en sus patas y a realizar trucos confusos para la diversión de los visitantes. Luego, cuando el zoológico cerró en 1995, ella y tres osos más fueron abandonados en jaulas diminutas. Durante las siguientes dos décadas, Fifi no salió nunca de su recinto oxidado y desolador.
Después, en el verano del 2015, PETA obtuvo información acerca de Fifi y descubrió que su dueño quería “deshacerse” de ella y de los otros osos. Tomamos acción inmediatamente y pudimos organizar el traslado de Fifi y sus tres amigos osunos al The Wild Animal Sanctuary en Colorado, el maravilloso nuevo hogar de Fifi.
Aunque ahora estaba segura, las tres décadas de haber permanecido en un bloque de concreto, sin la oportunidad de explorar, trepar ni nadar, habían cobrado su precio. Fifi sufría de artritis dolorosas en sus patas traseras y estaba gravemente por debajo de su peso normal. Su pelaje estaba ralo y descuidado y sus ojos hundidos. No sabíamos si podría recuperarse.
¡Pero Fifi se recuperó!
En tan solo dos meses era una nueva osa. Sus patas continúan fortaleciéndose cada día, sus ojos brillan, está segura de sí misma y su pelaje está tupido y brillante. Y por primera vez en su vida finalmente puede hibernar, algo que los osos desean hacer instintivamente pero que no pueden hacer cuando su hogar es un bloque de concreto.
Qué puedes hacer
Todos los osos merecen el mismo final feliz de Fifi. Pero para cinco osos que continúan en cautiverio en una fosa de concreto en una tienda en Tennessee, la vida no es un cuento de hadas. Por favor, exhorta al dueño de Three Bears General Store a que mande a todos los osos a un santuario y nunca visites ninguna atracción de carretera que tenga animales vivos. Diles a otros por qué lo haces y comparte este video.