Un mono llamado Odd estaba viviendo cualquier cosa menos una vida normal. Día tras día, se sentaba solo, atado a un palo de bambú. El aro de metal alrededor de su cuello estaba tan apretado que se había incrustado profundamente en su piel causándole dolor. Su herida estaba infectada y estaba desesperadamente solo.
La industria del coco de Tailandia había explotado a Odd por años, forzándolo a subir y bajar de los árboles, recogiendo cocos durante todo el día. Luego, cuando sus miserables condiciones lo llevaron a comportarse de forma agresiva, lo hicieron a un lado como una bicicleta vieja, encadenándolo a un árbol y dejándolo en total aislamiento. Su caso parecía perdido, hasta que PETA Asia y Wildlife Friends Foundation Thailand se unieron para rescatarlo.
El rescate de Odd se hizo justo a tiempo. Años de maltrato en la industria del coco habían provocado que el macaco de 12 años se volviera retraído y agresivo, pero con tiempo y cuidados, puede recuperarse. En sus hábitats naturales, los monos corren, trepan, socializan y forman vínculos pasando horas acicalándose cuidadosamente unos a otros. Ese es el tipo de vida que Odd siempre debería haber tenido, y pronto la tendrá.
Después de liberarlo del palo de bambú y el doloroso collar de metal, el equipo de rescate llevó rápidamente a Odd a una clínica, donde recibió atención veterinaria para su herida y tratamiento para una infección pulmonar que había desarrollado como resultado de sus anteriores condiciones de vida. Ahora se está recuperando en un recinto exterior confortable pagado por PETA. En su futuro hogar, un recinto al aire libre financiado por PETA en Wildlife Friends Foundation Thailand, tendrá la oportunidad de relacionarse con otros monos, de pasear, jugar, nadar y finalmente ser un mono, en lugar de ser tratado como una máquina recolectora de cocos.
Las investigaciones de PETA Asia en varias granjas de cocos en Tailandia revelaron el abuso rampante dentro de la industria: las granjas de cocos obligan a los monos a trepar y bajar de los árboles para recolectar cocos pesados, los mantienen atados en áreas de tierra desoladas por largos períodos de tiempo y, a veces, incluso les ordenan a los animales cautivos que hagan trucos degradantes frente a los visitantes, como una forma de sacar aún más provecho de ellos.
Odd finalmente tendrá la oportunidad de explorar y construir relaciones significativas, pero muchos otros todavía están atados por las cadenas de la industria del coco tailandesa. Los monos no quieren ser inmovilizados, castigados y obligados a recoger cocos durante todo el día. Estos animales cariñosos y empáticos tienen sus propios intereses y quieren familias y amistades, no son nuestros para que los utilicemos.
PETA está trabajando constantemente para ayudar a monos como Odd, que todavía están sufriendo en la industria del coco de Tailandia, y una forma en que lo hacemos es persuadiendo a los principales minoristas de víveres, para que dejen de vender productos de coco obtenidos obligando a los monos a trabajar. Albertsons y Target ya han dejado de venderlos.
Por favor, únete a PETA para pedirles a las cadenas de supermercados Tony’s Fresh Market que corten lazos con empresas que explotan a los monos:
PÍDELES A LOS MINORISTAS QUE SE DESVINCULEN DE LAS EMPRESAS QUE EXPLOTAN A LOS MONOS
