¿Recuerdas cuando en las películas de terror siempre quedas perplejo cuando los personajes ignoran tontamente todas las señales de muerte inminente? Este es uno de esos momentos.
A Texas Biomedical Research Institute (el infame laboratorio del que se escaparon, murieron y lastimaron a varios animales por negligencia e incompetencia), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) le han otorgado permiso para experimentar – encima – con el virus del Ébola.
Sí, los CDC creen que a la instalación (que recientemente salió en los titulares cuando cuatro monos babuinos encerrados allí escaparon usando un barril y corrieron tan rápido y lejos como pudieron) se le debería permitir manejar y contener un virus clasificado como una enfermedad bioterrorista. Es el mismo lugar en que el Departamento de Agricultura de EE.UU. sancionó con una importante multa solo hace unos años por permitir en reiteradas oportunidades que los primates escaparan de sus jaulas y se lastimaran a sí mismos y a humanos. Brillante.
PETA insiste en enfatizar lo estúpido y peligroso que es esto.
El Ébola es transmitido de animales a humanos y luego se disemina entre la población a través del contacto entre humanos. La tasa de mortalidad promedio del Ébola es del 50 por ciento, ¡pero brotes previos alcanzaron tasas tan altas como del 90 por ciento! Los CDC dicen que un brote en EE.UU. causaría pánico generalizado en el público y caos social.
Cualquiera realmente preocupado por la salud humana y el descubrimiento de curas verdaderas para enfermedades, se daría cuenta que Texas Biomed es una instalación descuidada que podría ocasionar una seria amenaza al público.
Los experimentos virales en primates pueden salir horriblemente mal.
En 1989 y 1990, Hazelton Laboratories fue el responsable de tres importaciones de monos infectados con Ébola y de un brote sin precedentes de Ébola en Reston, Virginia, suburbio de Washington, D.C., luego de que decenas de monos macacos murieron de repente y cuatro trabajadores fueron infectados con una cepa de Ébola previamente desconocida. Hazelton cambió su nombre a Covance luego del escándalo, y PETA le ha hecho mala fama a ese nombre luego de descubrir maltrato inimaginable y condiciones miserables para cientos de monos encarcelados en su instalación.
Algunos experimentadores han sido menos afortunados. La vivisectora Elizabeth R. Griffin murió a las seis semanas de estar expuesta a un mono con el virus herpes B en el Yerkes National Primate Research Center en Atlanta.
En el Tulane National Primate Research Center en Luisiana, experimentadores quedaron perplejos cuando cinco monos resultaron infectados con una bacteria mortal, a pesar de no ser parte de un experimento. Un investigador federal también fue diagnosticado con la enfermedad apenas después de haber ingresado a la instalación.
Qué puedes hacer
PETA insta a Texas Biomed a que deje de tratar de recrear la trama de Outbreak, cierre su laboratorio y libere a los primates que tiene, en un santuario respetable inmediatamente. Todos los animales tienen el derecho de ser tratados con respeto y no experimentar con ellos, y nunca dejaremos de oponernos a cualquiera que los atormente, mutile o mate.
Por el bien de los animales y la seguridad pública, actúa contra los laboratorios de primates negligentes y abusivos hoy mismo llamando a las autoridades para que les retiren el financiamiento:
Insta al NIH a que retire el financiamiento a los experimentos en animales