La crueldad reina en unos laboratorios de la Universidad de Michigan (U-M), donde la incompetencia y negligencia del personal han provocado la muerte de miles de animales, que se han deshidratado, han recibido medicamentos vencidos o no se les ha administrado ninguno, y han sido envenenados con lejía; según los registros federales obtenidos por PETA.
La crueldad reina en unos laboratorios de la Universidad de Michigan (U-M), donde la incompetencia y negligencia del personal han provocado la muerte de miles de animales, que se han deshidratado, han recibido medicamentos vencidos o no se les ha administrado ninguno, y han sido envenenados con lejía; según los registros federales obtenidos por PETA.
Los informes documentaron 18 incidentes distintos relacionados con violaciones de los lineamientos de bienestar animal entre marzo de 2018 y junio de 2022, que involucraron a casi 12 000 animales.
PETA envió una queja al Departamento de Agricultura de EE. UU., pidiéndole a la agencia que investigue posibles violaciones de la Ley federal de Bienestar Animal por el uso y tratamiento de conejos en laboratorios de la U-M. También enviamos una carta al decano de la U-M, Santa J. Ono, exigiendo que el instituto imponga sanciones significativas a los experimentadores sin escrúpulos y les revoquen sus privilegios como trabajadores de un laboratorio.
La Negligencia del Personal Prolifera Sin Control en Laboratorios de la U-M
En un incidente, 53 ratones murieron o fueron asesinados tras deshidratación porque el personal había quitado el suministro de agua durante la limpieza y no se dio cuenta de que los animales no tenían acceso al agua. En otro incidente, 11 548 peces cebra murieron luego de que el personal no notara que una manguera se había caído en el tanque de saneamiento y se había derramado lejía en los tanques de los peces. El personal descubrió que faltaba un conejo en una jaula y que no había registros que identificaran la ubicación del animal. El conejo nunca fue encontrado. Y el personal puso 17 ratones vivos en una bolsa plástica para desecharlos después de que los experimentadores fallaran al intentar la eutanasia.
Los Experimentadores Inventan sus Propias Reglas
Los registros muestran que los experimentadores no seguían los métodos experimentales aprobados, lo que sugiere problemas sistémicos con el programa del instituto. En dos incidentes distintos, los experimentadores no lograron poner fin al sufrimiento de 15 ratones cuyos tumores habían crecido más allá del criterio de valoración. En un caso, los experimentos fueron realizados sin la debida aprobación o supervisión veterinaria. En otro, los experimentadores no siguieron los métodos aprobados para la toma de muestras de tejido, incluso después de que un veterinario les indicara suspender el procedimiento, y extrajeron una 1 pulgada de tejido de la oreja de un conejo, que posteriormente se infectó.
Sin Medicamentos o Con Medicamentos Vencidos
Cientos de animales necesitaban analgésicos, pero no recibían ninguno. Los experimentadores dejaron que 110 ratones tuvieran dolor después de la cirugía en un estudio. En dos ocasiones, el personal mató casi 100 ratones utilizando medicamentos vencidos. Los experimentadores administraron a los ratones un fármaco no aprobado que manipulaba sus hormonas, no les proporcionaron una pomada tópica contraviniendo las órdenes veterinarias y le dieron tranquilizantes vencidos a un cerdo; según muestran los registros.
Despilfarro de Dinero
El año pasado, la U-M recibió más de $644 millones en fondos de los contribuyentes a través de los Institutos Nacionales de Salud, pero todavía parece no poder ofrecer ni siquiera los cuidados más básicos que corresponden conforme a los lineamientos federales de bienestar animal.
Esta situación no puede continuar. La U-M debe responsabilizar a los experimentadores ineptos e inescrupulosos, revocándoles sus privilegios en la experimentación con animales y prohibiéndoles permanentemente el acceso a todos los laboratorios con animales.
Mejor aún, la U-M podría ponerse a la vanguardia del descubrimiento científico y la compasión implementando el Acuerdo de Modernización de la Investigación de los científicos de PETA, un plan de acción para reemplazar los experimentos en animales por métodos de investigación modernos, relevantes para los humanos y sin animales.