Pocos infiernos de carretera les han fallado a los animales tan miserablemente como el Wildlife in Need de Indiana operado por Tim Stark. Numerosos animales han muerto por causas aparentemente prevenibles y 41 animales murieron allí en un incendio el año pasado. Después de años de quejas de PETA y múltiples citaciones del gobierno, ahora se ha visto afectado por una denuncia de 24 páginas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés), que alega 118 violaciones intencionales de la Ley Federal de Protección de los Animales desde 2012, incluyendo numerosos informes de atención veterinaria inadecuada.
Según la denuncia, Stark falló en obtener tratamiento para leopardos que sufrían de enfermedad ósea metabólica, uno de los cuales fue muerto a golpes por él con un bate de béisbol. Otras acusaciones incluyen abuso físico, como exponer cachorros de tigre a manipulación brusca y excesiva durante presentaciones públicas y golpear a los tigres con una fusta.
Esta queja es el primer paso en un proceso disciplinario que podría resultar en una multa de hasta $10.000 por violación, o en la revocación o suspensión de la licencia federal para exhibir animales.
Las condiciones para los animales en otros zoológicos de carretera también son nefastas. Un tigre en Zootastic de Carolina del Norte pasó seis días sin atención veterinaria mientras sufría de una cola herida y sangrante. Otro tigre tenía una gran hinchazón alrededor de sus ojos, y a un ligre joven (que es el resultado de un cruce entre un león y un tigre) le faltaba pelo en aproximadamente 40 por ciento de su cuerpo; pero al parecer ninguno había sido visto por un veterinario. Y a los grandes felinos se les negaba la sombra incluso cuando la temperatura subía a 95 grados.