Los Laboratorios de la Universidad de Columbia Son Tan Malos Que los Ratones Son Obligados a Comerse Unos a Otros

Lamentablemente, el canibalismo no es el único problema que PETA encontró en los laboratorios de la universidad de Nueva York, donde los registros federales documentan una cultura continua de negligencia y crueldad. En una carta al rector de la Univ. de Columbia, Lee C. Bollinger, le hemos exigido que asuma la responsabilidad personal y que tome medidas rápidas y decisivas contra la negligencia del personal de laboratorio por las numerosas y constantes violaciones de las normas federales de bienestar animal.

En una carta al Departamento de Agricultura de EE. UU., PETA exige que la agencia inicie una investigación inmediata sobre las abundantes y graves violaciones de la Univ. de Columbia.

Los registros federales que encontramos en los Institutos Nacionales de Salud documentan 22 violaciones a los lineamientos federales de bienestar animal en los laboratorios de la Universidad de Columbia durante los últimos seis años. Las violaciones van desde negligencia del personal con consecuencias fatales hasta cirugías experimentales hechas en animales sin consulta aparente o aprobación de los comités de supervisión.

Dos experimentadores le realizaron cirugías invasivas distintas a un mismo mono, aunque solo uno de los procedimientos había sido aprobado. En otro incidente, los experimentadores le inyectaron un virus no aprobado a un conejillo de indias.

La negligencia en los laboratorios de la Universidad de Columbia es desenfrenada, como se ilustra en los siguientes ejemplos:

  • Los experimentadores restringieron la ingesta de agua de dos monos durante 40 días, aunque no estaban siendo estudiados activamente en ese momento, y un babuino no recibió agua durante tres días.
  • Más de 122 ratones adultos y sus crías murieron de deshidratación porque los experimentadores no les habían dado agua. Algunos de los ratones se canibalizaron entre sí.
  • En cuatro jaulas, los ratones no tenían comida, agua ni paja. En otro incidente, los ratones estaban gravemente apiñados en unas 30 jaulas mohosas y en un lugar no aprobado durante días con poca comida y agua. Un número indeterminado resultó afectado o muerto.
  • Siete ratones murieron y a otros 23 se les hizo la eutanasia porque los experimentadores les habían realizado trasplantes quirúrgicos no aprobados.

Además, algunos experimentadores no estaban entrenados ni autorizados para realizar procedimientos en animales:

  • Un empleado no realizó los controles diarios de salud de las ranas, y se determinó que la persona no estaba adecuadamente capacitada y ni siquiera figuraba en el experimento.
  • Los experimentadores no usaban técnicas asépticas cuando sometían a los ratones a cirugía, usaban fármacos no autorizados o no administraban analgésicos a los animales. Algunos realizaban cirugías en lugares no aprobados.

Los experimentadores de los laboratorios de la Universidad de Columbia falsificaron registros. En un incidente, un experimentador responsable de administrar fármacos a un mono que había sido sometido a un procedimiento de radiación de cuerpo completo que dejó al animal inmunosuprimido, marcó en los registros médicos las casillas que indicaban que se habían administrado los medicamentos. Sin embargo, el experimentador no le dio el fármaco por dos fines de semana.

En otro incidente, un veterinario mantuvo registros médicos deficientes de una lesión de piel de un mono. No era la primera vez que al veterinario se le hacía una advertencia sobre el deficiente mantenimiento de los registros.

Columbia recibió más de $640 millones en fondos de los contribuyentes en 2021, pero aun así no se molesta en seguir los estándares mínimos de cuidados establecidos en las regulaciones y lineamientos federales de bienestar animal. Esta traición absoluta y permanente de la confianza de la gente no se puede tolerar.

La universidad debe responsabilizar a estos experimentadores inescrupulosos por violar las regulaciones o lineamientos federales de bienestar animal. Sus experimentos deben ser cancelados y su permiso para usar animales para experimentación debe ser revocado, junto con el acceso a todos los laboratorios con animales.

Mejor aún, Columbia fácilmente podría ponerse a la vanguardia de los descubrimientos científicos y la compasión implementando el Acuerdo de Modernización de la Investigación (RMD) de los científicos de PETA, un plan de acción para reemplazar los experimentos en animales por métodos de investigación modernos, relevantes para los humanos y sin animales.

MUESTRA TU APOYO AL RMD