El mundo quería ver más de la docuserie de Netflix, Tiger King: Murder, Mayhem and Madness. Y aunque a PETA le hubiera gustado que la serie se enfocara más en el maltrato que los animales padecen habitualmente en los zoológicos de carretera, la buena noticia es que Tiger King ha llamado la atención mundial sobre esta industria cruel y explotadora, y el público está del lado de los tigres.
Cuando PETA se enteró de los planes para una serie derivada repleta de estrellas sobre la vida de Carole Baskin (activista por los derechos de los animales y directora ejecutiva del santuario de vida silvestre acreditado Big Cat Rescue) y el villano de Tiger King, Joseph Maldonado-Passage (también conocido como “Joe Exotic”), un expositor de grandes felinos condenado a 21 años de prisión por encargo de asesinato y delitos contra los animales silvestres, enviamos cartas urgentes a la actriz Kate McKinnon, así como a Universal Content Productions, instándolos a no usar tigres reales en la serie, y así lo hicieron.
La serie Joe vs. Carole recibe el premio ‘Tech, Not Terror’ (tecnología, no terror) de PETA por usar tigres CGI
Si bien no anticipamos que una historia sobre el maltrato de animales exóticos presentaría tigres reales, que sufren cuando son usados para el entretenimiento, PETA esperaba confirmar que las imágenes generadas por computadora (CGI), los animatrónicos o incluso las imágenes existentes –en lugar de grandes felinos reales y otros animales exóticos–, se usarían para la serie.
“Después de investigar, supe más sobre ella, y la respeto y admiro a ella y a su misión, que es terminar con la posesión privada de grandes felinos en Estados Unidos”, dijo McKinnon sobre Baskin.
Ahora, PETA celebra el hecho de que se usó CGI de última generación en Joe vs. Carole para representar tigres asombrosamente realistas en esta serie sobre la explotación de grandes felinos.
Los grandes felinos no deben estar en la pantalla grande
Los animales exóticos sufren cuando se usan para el entretenimiento, ya sea por operadores de zoológicos de carretera como los que aparecen en Tiger King o por entrenadores de las industrias de cine y televisión. PETA y las investigaciones policiales han revelado que los animales son azotados, son víctimas del tráfico ilegal y los proveedores de animales para Hollywood los tienen en condiciones deplorables.
La mayoría de los animales silvestres hacen todo lo posible para evitar a los humanos. Valoran sus vidas y nunca se pondrían intencionalmente en peligro. Pero aquellos usados por los entrenadores se ven obligados a estar muy cerca de sus captores y, por lo general, se los priva de sus familias, su libertad y cualquier cosa remotamente natural o importante para ellos.
#TigerKing’s Joe Exotic callously ABDUCTED baby tigers from their mothers just moments after they were born — putting them in danger of injury and death.
— PETA (@peta) March 28, 2020
All the “quirky” things he did in the @Netflix show were just to distract from the animal abuse. https://t.co/MG6fb86DOx pic.twitter.com/g3GzUKlELk
Los animales usados en la industria del entretenimiento son habitualmente separados de sus madres de manera prematura y se les niega el cuidado materno que necesitan para un desarrollo normal, lo que puede resultar en angustia física y psicológica extrema. Cuando ya no se consideran “útiles”, muchos animales usados para películas o televisión son arrojados a los ruinosos zoológicos de carretera, que es lo que se hizo con los chimpancés que se ven en Tiger King.
Ayuda a otros animales que sufren, a quienes les han robado su dignidad y han sido obligados a actuar para el entretenimiento humano.
Los animales no son actores, no forman parte de un espectáculo para encerrarlos y mirarlos embobados, ni tampoco son payasos de circo. Sin embargo, miles de ellos se ven obligados a hacer trucos insignificantes y confusos bajo la amenaza de ser azotados, golpeados, pinchados y picaneados.
Si eres testigo de cómo se usan animales para una película o un programa o serie de televisión, infórmalo a PETA de inmediato en PETA.org/Report o llama a la línea directa de denunciantes de PETA al 323-210-2233.
Desde que Tiger King se emitió por primera vez, el uso de grandes felinos para sesiones de fotos se ha desplomado y casi todos los maltratadores que aparecen en la serie han sido encarcelados, han quebrado o se han enfrentado a demandas civiles o cargos penales.
Insta a tus legisladores del Congreso a aprobar la Ley Big Cat Public Safety Act, que pondría fin a la propiedad privada de grandes felinos peligrosos y protegería tanto a los animales silvestres como a las comunidades de EE.UU.:
¡ACTÚA YA!