Con los centros comerciales de todo el país cerrados debido a la COVID-19, el grupo J.Crew, que opera las marcas J.Crew y Madewell, se ha declarado en bancarrota. Pero PETA tiene una solución vital para ayudar al gigante minorista a permanecer a flote.
J. Crew files for bankruptcy, the first national retail casualty of the coronavirus pandemic https://t.co/YpCb0swEl2
— The Washington Post (@washingtonpost) May 4, 2020
PETA insta a la compañía a usar esta oportunidad para reposicionar sus marcas, y que estén verdaderamente en línea con los valores actuales de los consumidores con conciencia social, vendiendo solo materiales veganos. Como primer paso, debe eliminar la lana y la cachemira, las cuales son obtenidas de forma cruel.
Dejar de vender lana y cachemira aportaría nuevos clientes a las tiendas J.Crew y Madewell.
Los analistas apuntan al patrón de la compañía en el que parecen omitir las grandes tendencias de moda, como una de las razones de sus problemas financieros. J.Crew podría hacerse un enorme favor si finalmente adoptara la tendencia de moda que llegó para quedarse: la compasión.
La ropa, accesorios, y calzado veganos, registraron un aumento de ventas del 54% en las tiendas minoristas de EE.UU. en la primera mitad del 2019. Y Vogue Business reportó un incremento de 180% en las ventas de vestimenta vegana en el Reino Unido desde 2017.
La generación Z y los millennials (el grupo demográfico de compras más importante) ya no quieren ropa hecha por una industria que golpea a las sensibles ovejas, se para sobre ellas, las mutila e incluso las despelleja vivas.
El exposé de PETA sobre la industria de la cachemira reveló que los trabajadores inmovilizaban en el suelo a cabras que gritaban, les doblaban las piernas y les arrancaban el pelo con peines afilados de metal. Cuando las cabras ya no eran consideradas rentables, eran enviadas al matadero, donde los trabajadores las golpeaban en la cabeza con un martillo y les cortaban el cuello.
Las ovejas recuerdan las caras durante años, e incluso una foto de un buen amigo (¡sí, los animales también tienen amigos!) puede calmarlas. Las ovejas bajan la cabeza y evitan la compañía cuando están deprimidas, pero cuando están contentas socializan y mueven la cola como los perros.
Las cabras también reconocen a sus amigos, y están al mismo nivel que los perros en su habilidad de leer las emociones humanas. Al igual que los conejitos, las cabras dan pequeños saltos cuando están contentas.
Ahora más que nunca, los consumidores están esperando que las marcas hagan lo correcto, y eso incluye actuar con responsabilidad hacia los animales y el planeta.
La producción de lana emite niveles extremadamente altos de gases de efecto invernadero. Comparada con la mayoría de los materiales sintéticos y de origen vegetal, la lana contribuye en mayor medida a la destrucción medioambiental y al cambio climático.
La cachemira también es destructiva para el medioambiente, porque las cabras criadas para la misma deben consumir el 10% de su peso corporal en comida diariamente, y comen las raíces del césped, impidiendo su renacimiento. La industria contribuye significativamente a la degradación del suelo y la desertificación, habiendo provocado algunas de las peores tormentas de polvo registradas en el mundo.
Salva a las cabras y ovejas usando solo moda vegana
PETA está tremendamente entusiasmada con el surgimiento de la moda vegana, que combina innovación científica, sustentabilidad y compasión. Existen tejidos de lana vegana hechos con botellas plásticas, pulpa de madera y hasta algas marinas. Qué bueno, ¿no? Y claro, siempre están los materiales de eficacia comprobada como el algodón orgánico, bambú, cáñamo y acrílico.
