Conoce a Nosey:
Nosey es una elefante que fue tenida en cautiverio por un conocido expositor llamado Hugo Liebel. Liebel utiliza a Nosey para dar paseos y espectáculos – obligándola a realizar trucos antinaturales para que él pueda ganar dinero. Liebel ha sido citado por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) por casi 200 violaciones al bienestar animal.
La mayoría de las citaciones de la USDA han estado relacionadas con el maltrato de Liebel a Nosey, incluyendo encadenarla varias veces tan fuerte, que apenas podía moverse, y negarle la indispensable atención veterinaria.
Se sabe que el encadenamiento constante y el rigor de las presentaciones tienen como consecuencia el desarrollo de artritis en los elefantes en cautiverio, y estas condiciones extenuantes le han cobrado su factura a Nosey.
Ahora Nosey está mostrando señales de dolor crónico. Un veterinario experto ha advertido que probablemente padece de artritis – una condición médica que es muy dolorosa para los elefantes en cautiverio y puede incluso ser una sentencia de muerte para ellos.
Una grabación en video muestra a Nosey cojeando dolorida, mientras se le obliga a entretener a las multitudes – ya sea dando paseos o realizando trucos antinaturales y muy dolorosos.
A pesar del historial bien documentado de dolor crónico de Nosey, una reciente (y muy deficiente) visita veterinaria permitió a Nosey dar más exhibiciones y paseos. Aquí el por qué: El USDA decidió no mostrar a los veterinarios que vieron a Nosey el vídeo que documenta su dolor. Al parecer, los veterinarios ni siquiera fueron advertidos del historial médico de Nosey.
Cuando Hugo Liebel no está transportando a la elefante enferma alrededor del país, la obliga a dar paseos en mercados y ferias de mala fama en Florida, mientras él se mantiene escondido en el invierno.
No es solo el manejo cruel de Liebel hacia Nosey, es también el peligro para las personas que pagan para verla o pasear en ella. Nosey ha atacado ya a por lo menos una persona, quien fue enviada al hospital, y el USDA ha citado a Liebel más de una vez por poner en peligro al público – no obstante sus prácticas no han cambiado. Liebel continúa utilizando un bullhook – un arma pesada y afilada (imagina un atizador de chimenea) que se sabe provoca una conducta agresiva en los elefantes – para golpear a Nosey e intentar así controlarla.
La historia conmovedora y preocupante de Nosey es difícil de escuchar. Su tristeza y dolor son evidentes y están bien documentados, sin embargo, el USDA aún no la ha confiscado. Cualquier elefante forzado al cautiverio y utilizado para entretenimiento tiene una historia triste que contar, pero la de Nosey, podría ser una de las más tristes.