Greta Thunberg –la reconocida activista por el cambio climático, vegana comprometida y posiblemente, la única adolescente que provoca que hombres adultos griten y peleen como niños en los medios de comunicación– ahora es la estrella de su propio documental, I Am Greta.
La película sigue la historia de Greta desde su inicio, protestando sola frente al Parlamento en Suecia, su país natal, hasta sus discursos que inspiran a millones a protestar contra el cambio climático en todo el mundo. Mientras que el documental se enfoca en la crisis climática en general, hay muchos momentos que resuenan con nosotros en el movimiento de liberación animal. Después de todo, es imposible comer animales y al mismo tiempo afirmar que se toma el cambio climático en serio.
Lo cual nos lleva a la primera verdad de la película:
“Los adultos siempre dicen una cosa y hacen otra completamente distinta”.
Las palabras de Greta son devastadoramente ciertas. Nos recuerda a cuando la gente declara su amor por los animales, mientras se atraganta de carne en la cena.
Greta no es el tipo de persona que dice una cosa y hace otra. Su ética es evidente durante toda la película, sobre todo cuando toma un pequeño bote a través del agitado océano Atlántico (en lugar de volar) a la Cumbre de Acción Climática en la ciudad de Nueva York del 2019.
Durante su aparición en la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático de 2018 en Katowice, Polonia, se burló de que las únicas opciones veganas que ofrecían eran arroz y bulgur, mientras que a las estaciones de hamburguesas se les acabó la comida. Como dice Greta en el documental, a nosotros también nos parece indignante que las mentes más importantes que trabajan en el cambio climático comieran carne y lácteos en eventos enfocados en salvar al planeta.
“Todos ustedes recurren a nosotros los jóvenes como esperanza. ¿Cómo se atreven?”
Es tan cliché poner la carga del cambio en las futuras generaciones. Frente a uno de los retos humanos más grandes de la historia, los adultos están forzando a los jóvenes a ser quienes salven a la civilización de un apocalipsis climático completo.
Pero los adultos son quienes están a cargo. Son los padres quienes compran víveres, ropa para sus hijos y eligen financiar o no negocios que explotan a los animales para el entretenimiento. Deberían enseñar responsabilidad personal al demostrarla.
Cada vez que alguien compra carne animal, roba huevos a las gallinas, toma peces de los ecosistemas colapsados o de sucias piscifactorías, o bebe la leche robada a una madre, contribuye a la destrucción del planeta.
Todos podemos hacer las cosas mejor por los niños, adoptando un estilo de vida vegano ya mismo.
“Una vez que la crisis climática acapara tu atención, no puedes mirar hacia otro lado. Una vez que comprendes de lleno la magnitud del problema, no puedes borrarlo”.
Como muchos otros, Greta vivía en absoluto privilegio, consumiendo mucha carne, comprando muchas cosas y volando por todo el mundo. Pero una vez que supo cómo todas estas decisiones incrementaban nuestra huella de carbono, hizo cambios. Dejó de volar, dejó de comer carne y lácteos y dejó de comprar cosas nuevas.
Es por esto que es vital informar a la gente sobre la explotación animal. Cuando la gente por fin ve videos de granjeros apaleando a vacas con mazos, lanzando a pollitos bebés en trituradoras, o cortando las colas de ovejas que gritan, tiene solo dos opciones: cambiar su estilo de vida para el beneficio de los animales (y del planeta) o admitir que no les importan estos seres sintientes. Pero nunca más podrán afirmar que lo ignoran.
“Tengo que conmoverme alguna vez, es razonable”.
Cuando le preguntaron qué la hizo llorar durante su discurso al Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia, Greta respondió que fue al hablar sobre la extinción de los animales.
Familia, sabemos que esta labor se pone difícil. Es enloquecedor ver a los animales sufrir todos los días debido al especismo. Es desalentador vivir una pandemia global provocada por comer animales. Es devastador ver bosques en llamas por causa de la codiciosa industria de la carne que destruye ecosistemas y diezma la población de animales silvestres.
A todos los activistas: está BIEN llorar, tomar un momento para uno mismo, o pedir ayuda. El agotamiento es real. Debemos cuidar de nosotros mismos para seguir con esta lucha.
“Seguiremos molestando, seguiremos atacando hasta que hagan algo”.
Brindamos por eso, Greta. Durante 40 años, PETA ha estado batallando orgullosamente contra el especismo en todo el mundo. La gente que nos odia ya debería saber que nunca nos rendiremos hasta que todas las jaulas estén vacías y todos los animales libres de explotación. ¡Y si nuestro historial es un indicio, el fin de la rampante explotación animal podría llegar antes de lo que crees!
Como dijo Greta: “El cambio está llegando, les guste o no”.
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Las Naciones Unidas han afirmado que el consumo de carne debe reducirse hasta en un 90% para que podamos evitar los efectos más catastróficos del cambio climático.
Afortunadamente, ser vegano ahora es más fácil que nunca. Reduce tu contribución al cambio climático haciéndote vegano hoy mismo. ¡Ve incluso más lejos, persuadiendo a un amigo o ser querido a que haga lo mismo!
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