Escrito por Lindsay Pollard-Post
De acuerdo con Merriam-Webster.com, un refugio es “un establecimiento que alberga y alimenta a los animales extraviados”. Pero una nueva y peligrosa política impulsada por organizaciones que se oponen a la eutanasia en ninguna circunstancia exhorta a los refugios a no recibir ni ayudar a gatos necesitados, ¡a no ayudarlos de ninguna manera! En su lugar, anima a los refugios a deshacerse de, o abandonar a, los gatos en las calles, a menudo ilegalmente, sin importar si pueden convivir en la sociedad ni si serán siquiera alimentados. Es otra táctica de mal gusto y despreciable que les permite a los refugios obtener una “tasa elevada de rescate”, pero que abandona a los animales sin ayuda y sin esperanza.
Algunas organizaciones de “protección animal” ahora están de hecho estimulando a los refugios a no ayudar a ningún gato, ni siquiera a gatos amigables que puede ser que no hayan pasado una sola noche afuera en su vida. Por favor, imagina lo que eso sería para tu propio gato. Los animales que son rechazados por los refugios de todas formas mueren, pero no en paz.
El pasado octubre, una mujer en Cornelius, Carolina del Norte, fue arrestada bajo más de una docena de acusaciones por crueldad hacia los animales, después de que la policía dijo que envenenó a 14 gatos y los dejó en una maleta cerca a un basurero. La mujer alegó que intentó encontrar un refugio donde “no matan” que recibiera a los gatos después de que ella se agobió con las camadas de gatitos no planeados, pero ningún refugio los recibiría.
En Valparaíso, Indiana, se reportó que encontraron a 31 gatos en una casa abandonada después de que una mujer llamó al refugio del condado preguntando si podía entregar seis gatos. Cuando el refugio le dijo que solo podía aceptar tres gatos por semana, la mujer se fue de la ciudad sin llevar a ninguno de los gatos al refugio. De los animales encontrados en la casa abandonada, tres gatitos y un gato adulto estaban muertos. El director de un refugio en un condado cercano señaló: “Lo que no entienden es que cuando rechazan a las personas, las obligan a abandonar a sus animales… Son participes de lo que ocurre, simplemente no en sus propias instalaciones”.
Bajo la presión de ser un refugio donde “no matan”, los refugios están cobardemente lavándose las manos frente a los gatos extraviados y no deseados. Dos refugios en Chicago, incluyendo una instalación financiada por los contribuyentes, dejaron de aceptar gatos del público el verano pasado porque estaban por encima de su capacidad. Un refugio en Nueva Escocia tenía una lista de espera de más de 1.000 gatos que no podían ser acomodados, y después de que entró en efecto una ley de “no matar” en Delaware en el 2011, la mayoría de los refugios del estado han aplicado políticas de admisión limitada, especialmente para los gatos. Un voluntario de rescate en Delaware señaló: “Básicamente lo que eso ha hecho es que, hace que las estadísticas se vean bien para los refugios… y coloca el asesinato en la gente que los está arrojando en las calles porque no tienen adónde llevarlos”. Hay cientos de otros ejemplos como estos.
Cuando los refugios dejan de albergar a los gatos, los animales que rechazan permanecen en las calles, en las áreas rurales o en los vecindarios, donde a menudo no son bienvenidos por los residentes quienes deben a su vez ocuparse de la situación por su propia cuenta. Lo que es peor, es seguro que los animales van a procrear, de modo que van a producir aún más animales no deseados y sin hogar. Es un círculo vicioso.
En Fort Myers, Florida, los residentes de una calle estaban tan saturados con las docenas de gatos no deseados que habían sido abandonados allí como parte de un programa “Atrapa-Esteriliza-Libera” del condado, que varios residentes estaban planeando mudarse. “Vivo en una caja de arena”, dijo un residente. Otros reportaron que, a pesar del programa, los gatos sin esterilizar estaban siendo alimentados y más gatitos seguían naciendo.
En Jacksonville, Florida, supuestamente a una mujer le dejaron una colonia de gatos siameses sin hogar en su patio trasero después de que su vecino, que había estado alimentando a los gatos por un año, los alejó de su patio usando perros. La oficina local de control animal le dijo a la mujer que es su responsabilidad atrapar a los gatos y que ellos los esterilizarían, pero que regresarían a los gatos a su patio justo después. “Él decide sacarlos y terminan en mi patio y ahora tengo que ver gatitos que están muriendo de hambre”, dijo la mujer.
Los residentes de otra comunidad de Jacksonville también reportaron que los vecinos estaban usando perros para atacar a los gatos callejeros. Se ha reportado que los perros han mutilado los gatos de compañía de la gente hasta matarlos y han dañado vehículos después de que los gatos se arrastraron por debajo de éstos para esconderse.
Los perros no son el único peligro que enfrentan los gatos cuando los refugios los abandonan en las calles. Muchos gatos mueren después de ser atropellados por carros, ingerir veneno, contraer enfermedades mortales, congelarse hasta la muerte o ser torturados por gente cruel. Los refugios que rechazan a los gatos comparten la culpa cuando éstos mueren de manera dolorosa.
El pasado diciembre, un hombre fue arrestado en Pittsburgh después de aparentemente admitir que mató gatos, algunos de los cuales se reportó que eran parte de una “colonia autorizada”. Se reportó que el hombre confesó haber rociado blanqueador en las caras de dos gatos que se metieron en su sótano y después haberlos azotado hasta matarlos con un palo de hockey. Se reportó que el sospechoso les dijo a los investigadores que “los gatos son más que una completa molestia”.
En Ithaca, Nueva York, al menos siete gatos que eran parte de una “colonia callejera supervisada” fueron encontrados muertos o enfermos después de ingerir anticongelante que estaba mezclado con comida deshidratada para gatos y que fue colocada en un estacionamiento donde aparentemente se reunían los gatos. De los siete gatos, solo uno sobrevivió. En una fecha posterior, el número de gatos que habían ingerido el veneno aumentó a 15, incluyendo dos gatos más que fueron encontrados muertos. Los agentes creyeron que la persona responsable de los envenenamientos “podría ser alguien harto de la población de gatos callejeros”.
Un gato llamado Taylor es uno de tres gatos que fueron mutilados y amarrados con cinta adhesiva a un pedazo de madera contrachapada en Universal City, Texas. Un gato fue destripado y al menos a dos les cortaron la garganta. Los agentes consideraron que el hombre que torturó los gatos los adquirió en Craigslist. Aparentemente, a Taylor lo habían ofrecido en Craigslist después de que un refugio se negó a aceptarlo. El angustiado dueño anterior del gato dijo: “Taylor es nuestra mascota, lo amamos e intentamos hacer lo mejor posible para encontrarle un hogar bueno y seguro. Pero debido a que no hay espacio en el refugio, esto es lo que terminó ocurriendo”.
Los casos de crueldad como estos están aumento descontroladamente a medida que cada vez menos refugios aceptan gatos, dejándolos en las manos de gente que no los quiere o en comunidades donde los residentes molestos intentan resolver el “problema” por su propia cuenta de manera cruel.
Se supone que los refugios deben prevenir la crueldad y el abandono, no promover ésas situaciones. Pensamos que los gatos como Taylor y el sinnúmero de otros gatos que han sufrido y han muerto debido a las políticas de rechazo estarían de acuerdo.