Dos años después de que un informante proporcionara fotos y videos del interior de un laboratorio de la Universidad de Alabama-Birmingham (UAB) que mostraban el atroz dolor y sufrimiento de los animales que se enontraban allí, debido a la falta de atención y al personal no calificado que mantenía registros deficientes que a menudo falsificaban, PETA tiene las pruebas federales para respaldar las acusaciones.
Los informes federales recién obtenidos muestran que el laboratorio de xenotrasplantes David K.C., donde los órganos cortados de una especie se implantan en otra, es exactamente el cruel espectáculo de payasos que describió el informante en 2020.
PETA, en una carta enviada hoy a la plana mayor de la UAB, exige que la universidad tome medidas inmediatas prohibiendo a los experimentadores violar las normas y directrices federales de bienestar animal.
Entre una letanía de violaciones al bienestar animal, el informante alegó que el personal del laboratorio de FrankenTransplantes de Cooper, roció detergente Woolite para ropa en la herida quirúrgica abierta y sangrante de un babuino llamado Laja antes de exhibirla frente a los peces gordos cuyo dinero financia el laboratorio.
Los inspectores federales parecen respaldar esta afirmación de asombrosa crueldad. El informe afirma que el laboratorio “compró y usó un detergente para la limpieza de áreas tópicas en animales cuando se debería haber obtenido un producto de uso clínico más apropiado para este propósito”
Estos mismos informes federales respaldan la afirmación del informante de que los empleados mintieron en su documentación y cometieron otras infracciones graves de las pautas de bienestar animal. Un informe afirma que los experimentadores del laboratorio de Cooper “falsificaron los registros de los primates” y utilizaron una “restricción inadecuada” al someter a los animales a experimentos dolorosos. Otro documenta que un experimentador de la UAB no mantuvo registros adecuados y pudo haber administrado compuestos vencidos a primates, tal como había dicho el informante hace dos años.
Los inspectores del Departamento de Agricultura de EE. UU. documentaron docenas de incidentes adicionales en los que los experimentadores de la UAB no cumplieron con las pautas federales de bienestar animal. Entre otros problemas graves documentados, los experimentadores de la UAB no lograron aliviar el dolor de forma adecuada a 400 animales en cirugías u otros procedimientos dolorosos. Aquí hay dos ejemplos:
- Doscientos dos ratones fueron sometidos a cirugías cerebrales, pero no recibieron analgésicos posoperatorios.
- Se inyectó un químico en los ojos de 10 musarañas. El personal no les dio a los animales ningún medicamento para el dolor.
Los experimentadores de la UAB, incluyendo a los del laboratorio de Cooper, tienen el hábito documentado de tomar acción propia y realizar sus experimentos, ya sea que hayan sido aprobados o no. Los inspectores federales documentaron lo siguiente:
- Los experimentadores de la UAB amputaron los dedos de los pies de 40 ratones, aunque esto no había sido aprobado en el protocolo.
- Los experimentadores realizaron una cirugía de ligadura invasiva en 16 ratones, sin aprobación previa.
- Experimentadores indujeron parálisis en 48 ratones en un procedimiento no aprobado.
Los inspectores federales documentaron varios casos en los que el personal de la UAB simplemente no se dio cuenta del sufrimiento que los rodeaba. La negligencia del personal resultó en la muerte de 80 truchas cuando el sistema de calentamiento, ventilación y aire acondicionado de su tanque no funcionó y nadie se dio cuenta. Por otra parte, otras 120 truchas arco iris juveniles murieron después de que un mecanismo en su tanque no funcionara correctamente. Nadie se dio cuenta de eso tampoco, dicen los informes.
La UAB recibió más de $ 327 millones en dinero de los contribuyentes de los Institutos Nacionales de Salud en 2021, pero los experimentadores de la escuela no pueden, o no cumplirán, ni siquiera con los estándares mínimos de bienestar animal establecidos en las normas y pautas federales de bienestar animal. Esta es una violación deplorable de la confianza del público. La escuela debe corregir esto y debería reemplazar los experimentos en animales con métodos de investigación modernos y relevantes para los humanos.
El xenotrasplante es cruel e inútil. Simples ajustes en la política del gobierno junto con la educación pública producirían un aumento en las donaciones de órganos para pacientes humanos sin utilizar animales como almacenes de repuestos.
Únete a los más de 80.000 seguidores de PETA que ya han exigido que la UAB cierre el laboratorio de FrankenTransplantes de Cooper.
Toma Acción Ahora