Los Científicos No Confían en Experimentos sobre Depresión en Animales

Es el cuento falaz y agotado que los experimentadores despliegan para justificar lo que les hacen a los animales en los laboratorios: esto podría, quizás, en algún momento en el futuro, cuando Júpiter esté alineado con Marte, tener algo que ver con ayudar a los humanos.

Correcto.

La realidad es que el 95% de los nuevos medicamentos que prueban ser seguros y efectivos en animales fracasan en humanos.

Y dos artículos recientes publicados en revistas médicas demuestran que quienes están en la primera línea del cuidado de humanos con depresión lo saben: los resultados de experimentos en ratas y monos no significan nada cuando se trata de ayudar a pacientes humanos.

Los científicos no confían en los resultados de los experimentos sobre depresión en animales

En un artículo revisado por profesionales pares publicado en la revista Frontiers of Psychology en julio de 2020, los autores analizaron si los experimentos sobre la depresión conducidos en ratas habían contribuido al conocimiento sobre la depresión, también conocida como “trastorno depresivo mayor” (TDM), en humanos. Para eso, los autores evaluaron qué tipo de artículos citaron principalmente experimentos sobre depresión en ratas para justificar las conclusiones de sus trabajos. Piensa en los artículos citados como bloques de construcción científicos.

Encontraron que “la investigación que utiliza ratas como modelo experimental ha contribuido muy poco a la comprensión clínica contemporánea del TDM”.

En otras palabras, los experimentos crueles sobre la depresión en ratas fracasaron en lo que se suponía que debían hacer: ayudar a los humanos.

forced swim test

En diciembre de 2019, los autores de otro artículo revisado por pares, publicado en la revista científica Alternatives to Laboratory Animals, analizaron qué tipo de estudios se citaban con mayor frecuencia en artículos médicos humanos sobre la depresión.

Encontraron que los artículos que describen experimentos que emplean células humanas (conocidos como estudios in vitro) y los análisis de datos biológicos humanos (conocidos como estudios in silico) eran citados con más frecuencia en artículos médicos humanos que aquellos que describían los resultados de experimentos en monos.

Así lo expresan los autores: “Nuestros resultados sugieren que, en este campo de la investigación médica, los métodos de investigación in vitro e in silico basados ​​en humanos son más prometedores que los estudios en PNH [primates no humanos], en la generación de nuevas hipótesis y métodos para investigaciones clínicas subsiguientes”.

Odiamos decirlo, pero en realidad nos encanta decirlo: te lo dijimos.

Los investigadores que escribieron el artículo de 2019 llevaron su análisis un paso más allá. En un artículo de junio de 2020, publicado en la revista PLoS ONE, encontraron que los artículos que describen experimentos en animales prácticamente solo citan otros artículos de experimentos en animales.

En otras palabras, los experimentos en animales se están llevando a cabo en su propio silo, un club de crueldad que se perpetúa a sí mismo y que solo sirve para mantener a los experimentadores con subvenciones de dinero fácil de forma permanente.

Actúa ahora

En este momento, los animales están sufriendo en horribles experimentos psiquiátricos que no predicen con precisión cómo un tratamiento o medicamento afectará a los humanos. Estos experimentos inútiles no hacen nada para mejorar nuestra comprensión de las enfermedades mentales en los seres humanos.

Ese es ciertamente el caso del pequeño laboratorio del horror de Elisabeth Murray, en el que la experimentadora de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) inflige daño cerebral a los monos y luego los asusta con arañas y serpientes falsas.

Tú puedes ayudar a cerrar este laboratorio. ¿Qué estás esperando?

DILES A LOS NIH QUE DEJEN DE ATORMENTAR A MONOS