PETA lo ha estado gritando suficientemente fuerte para los que no han escuchado, y ahora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la fuente de información más completa del mundo sobre el estado de conservación global de los animales, se ha unido a nuestro coro: la experimentación con animales ha llevado a dos especies de monos al borde de la extinción.
La UICN elevó hoy la clasificación de dos especies de monos, macacos de cola larga y macacos cola de cerdo, de “vulnerable” a “en peligro”. Esta clasificación coloca a ambas especies de monos en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN entre las especies más amenazadas del planeta. La UICN dice que el número de estos monos en la naturaleza disminuirá en un 50 %, ¡la mitad!, durante las próximas tres generaciones, si no se mitigan las amenazas actuales.
No es coincidencia que estas dos especies también sean las favoritas de los experimentadores en animales, quienes han generado todo un cruel negocio de extracción de monos de sus hogares en Asia y Mauricio para saciar el apetito de los experimentadores estadounidenses. Sacar monos de Asia es más rápido y más barato que criarlos en EE. UU., por lo que el proceso de secuestro de monos envía miles de ellos a EE. UU. desde el extranjero cada mes.
© Jo-Anne McArthur / We Animals Media
Ese proceso está impregnado de violencia. Los cazadores en Camboya, Indonesia, República Democrática Popular Lao, Mauricio y Vietnam atrapan a las monas madres, sacan a sus bebés y los meten en bolsas, y meten a las madres, junto con cualquier otro miembro de la tropa que haya sobrevivido a la captura, en cajas. Algunos se venderán directamente a laboratorios estadounidenses, mientras que otros terminarán primero en granjas industriales comerciales de monos, donde las madres se verán obligadas a vivir y reproducirse en condiciones inmundas y estériles. Las lesiones y las enfermedades son terriblemente comunes en estas instalaciones, y muchos de los monos mueren. Todos los bebés son apartados de las madres poco después del nacimiento.
Más de un millón de estos monos han sido apartados de sus hogares y enviados a EE. UU. en las últimas cuatro décadas. Esos son los supervivientes. Muchos más mueren antes de que puedan ser empaquetados y transportados en avión a Estados Unidos.
Mientras que los centros nacionales de investigación de primates del país y otros laboratorios continúan quejándose de una escasez de monos inventada, el costo total de su glotonería para que los monos estén en experimentos sin sentido, que durante décadas han dejado a los pacientes esperando por tratamientos para el cáncer, el VIH/SIDA y otras horribles enfermedades, finalmente ha sido revelado. A pesar de causar dolor y sufrimiento a los monos, experimentar en ellos ha hecho poco para impulsar la investigación científica, pero ha logrado casi borrar dos especies de monos de la faz de la Tierra.
Eso. Debe. Parar.
Por favor, tómate un minuto para ACTUAR hoy sumando tu voz en oposición a la importación de monos para experimentos de laboratorio por parte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Dile a la agencia que acabe con el proceso de secuestro de monos.