En enero pasado, PETA emitió un alerta a los medios acerca de la cantidad de animales enfermos, heridos, ancianos y de otro modo no adoptables a los que debimos aplicarles la eutanasia durante el año anterior. PETA publica abiertamente estas cifras todos los años y simultáneamente llama al gobierno y a los ciudadanos a ayudar a promocionar ordenanzas contra los animales encadenados (muchos de los perros que nuestros asistentes encuentran son agresivos o están terriblemente descuidados luego de haber sido encadenados afuera durante todas sus vidas), a ayudar a reducir el costo de la eutanasia de animales ancianos y enfermos que pertenecen a gente de bajos recursos (muchos de los animales a los que PETA ayuda), y a implementar programas de esterilización así como leyes para reducir la crisis de animales sin hogar.
En otras palabras, las viejas noticias están siendo regurgitadas nuevamente con un sesgo vengativo por – entre otros – un frente encubierto de Philip Morris, Outback Steakhouse, KFC, ganaderos y otros explotadores de animales que matan a millones de ellos cada año, y que no lo hacen por compasión sino por ambición. Antes de caer en el engaño, visiten estos sitios: BermanExposed.org y ConsumerDeception.com.
Las estadísticas de PETA son también por lo general usadas, como lo están siendo ahora, de un modo realmente perverso por algunos evangelistas “no eutanásicos” para tratar de alejar a la gente del “demonio” de lo que en realidad es una liberación digna, misericordiosa del sufrimiento. Nunca brindan un panorama completo, y usan siempre un lenguaje provocativo y etiquetan como “cachorros” y “gatitos”, mismo si el animal era un perro de 17 años impedido de respirar adecuadamente debido a un problema cardíaco. Esa gente está segura de que si arrastran los suficientes animales de refugios a sótanos de acumuladores compulsivos, o simplemente arrojan piedras a los trabajadores de los refugios y los llaman “psicópatas” y demás, la gente se unirá a ellos. Pero no ofrecen soluciones razonables a los múltiples problemas trágicos derivados de las “mascotas” fácilmente adquiridas y descartadas.
Cualquiera que lea nuestro sitio Web o reciba nuestras newsletters, en donde planteamos esta cuestión regularmente, sabe que PETA tiene una división que trabaja de forma práctica con animales. Manejamos un refugio pero de la manera más compasiva. Ayudamos (porque nadie lo haría) a los animales rechazados por la sociedad en un área cerca de nuestras oficinas centrales en Virginia. Esos animales son agresivos, salvajes, en el umbral de la muerte (muchas veces con grandes tumores colgando de sus cuerpos), o bien inadoptables. Hemos publicado muchas entradas en blogs acerca del trabajo desgarrador de nuestros asistentes a través de los años, y más información puede encontrarse en PETASaves.com.
Es importante subrayar que las cifras utilizadas por los que hacen la campaña anti-PETA son deliberadamente escogidas porque son apenas las cifras de la eutanasia. No tienen perspectiva, es decir los más de 10.000 perros y gatos a los que PETA sin costo o a bajo costo les realizó cirugías de esterilización y brindó otros servicios veterinarios en los últimos 12 meses solamente, los cientos de animales enviados a refugios grandes y de alto tránsito para adopción, el servicio de asesoramiento y de ayuda que PETA brinda para permitirle a la gente cuidar y mantener correctamente a sus animales, y los animales que hemos dado en adopción, como el gato actualmente publicado en nuestro sitio Web, a quien hemos cuidado hasta que (casi) se repuso y que está aún esperando un hogar permanente.
Los refugios no eutanásicos en los alrededores de las oficinas centrales de PETA, como muchos otros lugares del tipo que repiten el refrán “no eutanásico” con un objetivo de recaudación de fondos, en realidad no solo niegan la admisión a los animales (porque están siempre “muy llenos”) y rechazan perros y gatos enfermos, heridos o moribundos, sino que también derivan esos animales “indeseables” a PETA, que debe cargar con los costos veterinarios o de la eutanasia. Para mayor información sobre este tema, visita PETASaves.com.
La gente impactada por la cantidad de animales saludables o adoptables a los que anualmente se les debe practicar la eutanasia, o que cuestionan los registros de eutanasia de PETA, deben preguntarse si están esterilizando a sus propios animales de compañía, ayudando a gente de bajos recursos a esterilizar a los suyos, adoptando en refugios en vez de comprarle a criadores o a tiendas de mascotas, financiando campañas educativas acerca de cuidados animales apropiados y adopción (entre otras cosas) y pidiendo mayores normas de protección animal en sus propias comunidades. También deberían ver atentamente las fotografías de los animales que salen de las áreas empobrecidas en que PETA brinda servicio. Por supuesto, no debieran estar comiendo animales o vistiéndose con ellos ni sus pieles, ni usando productos probados en animales (frecuentemente matados al final de las pruebas), ni participando de cualquier actividad que resulte en la matanza de animales sin compasión y por motivos egoístas.
PETA se enorgullece de seguir de pie alto y de arremangarse para ayudar a los animales.