Tener a los perros y a otros animales atados o encadenados en azoteas no está bien, por ello ya hay muchas ciudades que lo han prohibido y que penan la falta de cuidado adecuado, o no proveer alimentos a los perros, como hizo el Estado de Coahuila, en México.
Pero, aun así, hay gente que los abandona durante meses. Como estos casos:
Por qué una azotea es sinónimo de SUFRIMIENTO
Por olvido
A los supuestos “cuidadores” se les olvida que tienen a un ser vivo en el techo de su casa y que pueden estar días sin comer ni beber hasta que algo les recuerda que su “querido” perro existe. Este olvido también les provoca depresión, ya que son animales de compañía que necesitan el contacto humano, y que, cuando les falta, pueden padecer una profunda tristeza.
Los perros son animales muy sociables y necesitan ser parte de una familia. Muchos perros encadenados “enloquecen” por la soledad, el encierro constante y el estrés. El encadenamiento en una azotea o simplemente su encierro allí puede convertir a los perros que alguna vez fueron amistosos en bombas de relojería porque los priva de la socialización y el ejercicio básico que necesitan.
Además, las condiciones en las que viven a menudo son insalubres y suelen enfermarlos porque el lugar no ha sido limpiado en días o a veces meses.
Por accidentes suicidas
Muchas veces, ante largos periodos de soledad y aburrimiento, prueban a acercarse al borde de la azotea para ladrar a los vecinos o a los viandantes y caen al vacío, lo que les ocasiona heridas graves o incluso la muerte. Esto no solo es un peligro para ellos, también para las personas que pasean por la calle. ¡Qué mala suerte!, podrías pensar… No, es una total negligencia por parte de la persona que abandonó a su perro en la azotea.
Por las inclemencias naturales
Muchos de ellos pasan horas o días de intenso calor, a veces sin gota de agua, y también de mucho frío, nieve, lluvia, o viento.
El hecho de que los perros permanezcan expuestos al sol repercute en su salud y estado de ánimo, generándoles deshidratación y golpes de calor que pueden llegar a causarles la muerte.
Además, si ese perro encerrado en una azotea estuvo en algún momento de su vida habituado a vivir dentro de una vivienda, es mucho más propenso a sufrir estragos por las inclemencias del tiempo y puede tener un golpe de calor fulminante.
Por todo lo anterior, han sido varias las celebridades que se han pronunciado sobre los perros en las azoteas
Una de ellas fue Ariadne Díaz, que nos dejó a todos sin palabras al escucharle pedir a la gente que deje a los perros vivir adentro como parte de la familia, hablando en primera persona como si fuera un perro en una azotea.
“Cuando dejas a un perrito en la azotea, lo estás aislando, sin la posibilidad de encontrar agua, comida o resguardo por sí mismo”.
Su mensaje llegó a más de 1 millón de personas:
También la Dra. Polo quiso mostrar a todo el mundo que los perros son miembros de la familia y que merecen ser tratados como tales.
Qué puedes hacer para ayudar
Ante todo, comprométete a nunca dejar a tu perro afuera. Esta es la solución mas inmediata y efectiva. Y si ves a un perro encerrado en una azotea, no lo dudes, llama a las autoridades locales para que intervengan antes de que sea demasiado tarde.
Si el animal no tiene agua ni refugio, la situación es urgente, así que haz algo, ¡esa vida depende de ti!
©iStock.com/klausbalzano
Pero sin duda, prohibir el abandonamiento de perros en las azoteas es la única manera de erradicar esto, para que los perros puedan vivir en familia. Ningún perro que vive en la azotea puede tener una vida plena.
En toda Latinoamérica, innumerables perros son obligados a vivir en patios traseros o en azoteas, obligados a comer, dormir y defecar en el mismo espacio reducido. Privados de comida y agua adecuados, de cuidados veterinarios y de la interacción social que necesitan y anhelan, muchos de ellos terminan desnutridos, deshidratados y se vuelven asociales.
No dejes que esto ocurra.
Deja a los perros fuera de las azoteas