Experimentadores Consideran ‘Idiotas’ a las Personas con Discapacidad Cognitiva

La infame experimentadora Melinda Novak consideró “taradas, idiotas e imbéciles” a las personas con discapacidad cognitiva, cuyos “problemas de comunicación” estaban a la par de los “animales subhumanos”, según un trabajo publicado que PETA puso al descubierto.

El desprecio de Novak por los monos era aún mayor. A lo largo de toda su carrera, condujo experimentos terriblemente crueles en monos, que incluyeron la separación de los bebés de sus madres en experimentos de privación materna.

Harry Harlow experimentos en monos

Igual que las madres humanas, las monas aman y adoran a sus bebés. Pero en laboratorios como el de Harry Harlow (en la Universidad de Wisconsin-Madison), a las madres y crías por igual se les negó la oportunidad de acurrucarse, comer juntas, disfrutar del sol o jugar.

Después de que PETA interpuso una demanda para obtener 40 horas de imágenes de video inéditas de los experimentos en monos que dirigió Novak, esta le dijo al Amherst Bulletin: “Nunca jamás, en toda mi vida, he llevado a cabo un proyecto para hacer que los animales tengan estos problemas de comportamiento y luego estudiarlos de alguna manera”.

Pero durante 45 años publicó más de 100 artículos académicos que demuestran que esta afirmación es evidentemente falsa. Incluso se desmintió en una de sus primeras publicaciones, que describe claramente un experimento que hizo, en el que puso monos de 6 meses, criados en aislamiento parcial, en un dispositivo llamado “trampa del terror”, 15 minutos diarios durante seis semanas. Los monos gritaban y lloraban hasta quedar “afónicos por la fuerza de su vocalización”.

El trabajo de Novak de 1973, “Perspectivas psicopatológicas”, (publicado en la revista Perspectives in Biology and Medicine, en coautoría con el padrino de la tortura de monos, Harry Harlow) es la clave fundamental para conocer lo relativo al tormento de los monos. Este trabajo delinea su deplorable carrera y sienta las bases para la cultura de laboratorio de los centros nacionales de primates de todo el país que la apoyaron; una cultura que persiste aún hoy.

El artículo deja bastante claro el objetivo de los crueles experimentos de Novak y Harlow en ese momento, que incluía apartar a los monos bebés de sus madres y criarlos en confinamiento solitario o darles madres sustitutas inanimadas, a menudo hechas de metal. En pocas palabras, fueron experimentos diseñados para llevar a los monos a un punto de quiebre mental y más allá, “de tal forma que sepamos dónde termina la locura de los simios y dónde comienza la desesperanza humana y cómo y dónde ambas se superponen”, dice el texto.

Un mono bebé acurrucado junto a una “madre sustituta” inanimada, se chupa el pulgar dentro del laboratorio del horror de Melinda Novak y Harry Harlow.

En otra parte del artículo, Novak y Harlow desestiman insensiblemente cualquier valor intrínseco de la vida animal. “Los hombres no son monos y los monos no son hombres. Ni los hombres ni los monos son perros, gatos o roedores”, escriben. La pareja constantemente se refiere a la vida no humana como “animales subhumanos”. Según sus lineamientos, esto aparentemente significa que atormentar y destruir psicológicamente a los animales es aceptable, puesto que escribieron lo siguiente:

Eligiendo entre la miríada de mamíferos, el último recurso para… la investigación debe, por supuesto, ser una población conformada por hombres. Es de esperarse que esas técnicas que son desastrosas se acaben antes de que los hombres se conviertan en los sujetos.

En otras palabras, lo que estos experimentadores de monos les hicieron a los primates fue tan horrible, que ellos no podían contemplar hacerles lo mismo a los humanos.

‘Erradicar la personalidad de los primates’

El texto también describe en términos clínicos cómo los monos en los laboratorios fueron aislados a propósito, causándoles tormento mental. “Una forma simple y segura de… erradicar la personalidad de los primates yace en la técnica del aislamiento social total”, dice.

Los monos son animales sociales. En la naturaleza, viven en grupos en los que el contacto físico íntimo es fundamental para mediar en las relaciones sociales y mantener la estabilidad del grupo. Pero como Novak y Harlow escribieron, “(…) Cuando las puertas de la misericordia y el significado social están cerradas y se deja que el animal crezca en confinamiento, desprovisto de la compañía de figuras amorosas permanentes,” hay “un verdadero encarcelamiento de ambos: cuerpo y espíritu”.

Algunos de estos experimentos, que fueron torturantes para los monos involucrados, “probablemente no aportaron nada a la literatura humana”, admiten Novak y Harlow en su texto.

‘Tarados, idiotas e imbéciles’

El desprecio que Novak y Harlow muestran hacia los animales también se extiende a los humanos con discapacidad cognitiva, ya que los experimentadores escribieron lo siguiente:

El diagnóstico de la locura humana, en términos de clasificaciones convenientes para los humanos, es difícil de hacer en humanos tarados, idiotas e imbéciles. Esto no significa que los imbéciles e idiotas no tengan psicosis humanas. Sufren problemas de comunicación similares a los animales subhumanos.

Incluso para la década de los 70, este lenguaje resulta chocante. La investigación de Novak y Harlow se fundamentó en la creencia de que las personas con discapacidad cognitiva son taradas, idiotas e imbéciles; una insensibilidad que hemos visto extenderse al trabajo de otros laboratorios y experimentadores durante los últimos 50 años.

Por ejemplo, las ideas de Harlow se utilizaron para crear el Centro de Laboratorios de Primates de Wisconsin (ahora conocido como Centro Nacional de Investigación de Primates de Wisconsin). Él y Novak escribieron: “En el laboratorio de primates de la universidad de Wisconsin hemos desarrollado y estamos desarrollando un género de técnicas conductuales diseñadas para producir psicopatologías en monos, con el objetivo de ganar conocimiento y entendimiento sobre las psicopatologías humanas, tanto de sus causas como de sus curas” [subrayado nuestro].

Los experimentos recientes que Novak dirigió se llevaron a cabo en cuatro Centros Nacionales de Investigación de Primates: el Centro Nacional de Investigación de Primates de Oregón, el Centro Nacional de Investigación de Primates del Suroeste, el Centro Nacional de Investigación de Primates de Washington y el ahora cerrado Centro Nacional de Investigación de Primates de Nueva Inglaterra, los cuales fueron financiados por los contribuyentes durante décadas, para estudiar los efectos del encierro en monos enjaulados en laboratorios.

Alza tu voz por los monos en los laboratorios

Los experimentadores en instalaciones de todo el país han demostrado una y otra vez que el encierro en los laboratorios es tan estresante que enloquece a los monos, compromete sus sistemas inmunológicos y hace que la información obtenida de los experimentos realizados en ellos sea prácticamente inútil. Novak ya no está atormentando a los monos –se retiró repentinamente después de que PETA presentó la demanda–, pero otros como Elisabeth Murray todavía lo están haciendo. Haz clic a continuación para exigir que el gobierno detenga estos experimentos y cierre inmediatamente el horrible laboratorio de Murray, donde se les serruchan las cabezas a los monos y se les corta una parte de sus cráneos:

AYUDA A PETA A TERMINAR CON LOS EXPERIMENTOS DE ‘TERROR EN MONOS’ DE ELISABETH MURRAY