¡Ha llegado el otoño! Y por lo general significa visitas al huerto de calabazas o al festival de otoño de tu localidad. Sin embargo, estos lugares a menudo ofrecen actividades que no son humanitarias, como paseos en poni o zoológicos de contacto. A veces, incluso regalan peces como premios. Asegúrate de explicarle a tu pequeño por qué estos eventos no son buenos para los animales y trata de evitar ir a eventos y lugares que ofrezcan esas crueles actividades. Si por casualidad terminas yendo a un lugar que tiene un zoológico de contacto, puedes aprovechar la oportunidad para hablarle a tu hijo sobre por qué su familia decide no participar.
¿Qué hay de malo en los zoológicos de contacto?
En los zoológicos de contacto, los animales viven en un estado constante de estrés y son obligados a estar rodeados de ruidos y actividades extrañas cuando personas desconocidas tratan de tocarlos. Estos animales, incluyendo cabras, ovejas, cerdos, conejos y pollos, sienten miedo y dolor y no quieren ser sometidos al caos de estos eventos.
Los zoológicos de contacto también generan un riesgo para la salud pública. Los seres humanos corren peligro de contraer y propagar enfermedades y patógenos infecciosos como E. coli, salmonella, campylobacter, cryptosporidium, giardia y H1N1 (gripe porcina) a través del contacto directo o incluso indirecto con animales. Los niños son especialmente vulnerables, porque es menos probable que practiquen normas adecuadas de higiene.
Nunca incentives los paseos en poni
Se pueden encontrar paseos en poni y carruseles en vivo en muchos lugares diferentes, como ferias, festivales, huertos de calabazas, sidrerías, circos e incluso fiestas de cumpleaños. Independientemente del lugar, los ponis están amarrados o en carpas y son obligados a caminar en círculos interminables. A menudo deben trabajar muchas horas en condiciones climáticas extremas, sin agua. Aparejos que no les mal ajustados o montados sin cuidado pueden hacer que los ponis sufran dolencias en los cascos, llagas en la zona de la silla de montar o problemas en la boca y los dientes. Dado que reemplazar animales desgastados o enfermos puede ser más económico que proveer atención veterinaria adecuada, los operadores pueden hacer trabajar a los ponis hasta que caen rendidos.
Los peces no son premios de festival
¡Incluso puedes notar que regalan animales vivos como premios en un festival de otoño! Los peces sienten miedo, dolor y estrés, igual que nosotros. No son juguetes desechables, baratijas ni recuerditos. Sin embargo, en lugar de tratarlos como los seres sintientes que son, los organizadores de festivales a veces los usan como premios en lanzamiento de pelotas de pimpón, lanzamiento de aros y otros juegos. A menudo, son almacenados en bolsas diminutas o cavas donde la temperatura y la filtración del agua no son adecuadas, ocasionándoles sufrimiento y muerte. Si los peces sobreviven lo suficiente como para ser entregados como un “premio”, a menudo son tirados a la basura, se dejan caer de las atracciones, se agitan en la bolsa o se llevan a casa y se tiran por el inodoro. Incluso las personas con buenas intenciones de cuidar a los peces que se ganan pueden, inconscientemente, hacerlos sufrir mucho.
Elige la compasión
Los animales merecen ser tratados con bondad y respeto, y usarlos para el entretenimiento está mal. Defiende a los animales que son lastimados y explotados en festivales, carnavales y ferias. Si ves un zoológico de contacto, un paseo en poni o que regalan un pez en un festival o huerto de calabazas, por favor expresa tus objeciones a los patrocinadores del evento y a la administración del lugar. Pídeles que dejen estas crueles actividades fuera de las festividades.
Es importante recordar que los animales no son nuestros para usarlos para el entretenimiento. Deberíamos elegir formas de diversión respetuosas con los animales durante todo el año. ¡Trata de llevar a tus hijos a un laberinto de maíz o a un huerto de calabazas! Y usa estas divertidas plantillas de los derechos de los animales al tallar tus calabazas:
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