Kenny tenía apenas 3 años cuando murió solo en un establo.
En la naturaleza, una cría de elefante como Kenny habría permanecido al lado de su madre, pero en Ringling Bros., las madres normalmente son separadas de sus bebés para que los cuidadores puedan “quebrantar” a los jóvenes elefantes a través de castigos físicos para obligarlos a realizar trucos incómodos y sin sentido.
Un día de 1998, Kenny estaba presuntamente muy enfermo, pero aun así los entrenadores lo obligaron a actuar y a presentarse en el escenario en tres espectáculos.
Según las declaraciones bajo juramento de trabajadores del circo y de un veterinario, Kenny “no había tomado agua durante aproximadamente 18 horas.” Estaba “actuando lento” y estaba “inestable”, con dolor y “cólicos”. También tuvo varios episodios de diarrea con sangre.
Más tarde esa noche, después de que las actuaciones terminaron, lo encontraron muerto.
Condenaron a Ringling a pagar $20.000 dólares para dirimir una demanda federal por haber obligado a Kenny a actuar, aunque estaba enfermo y necesitaba ver a un veterinario. A pesar de ello (y otros desconcertantes incidentes), la empresa continuó entrenando y usando elefantes en sus espectáculos durante cerca de otros 20 años.
Los animales hoy en día siguen sufriendo en los circos.
La historia de Kenny no es única.
Aunque estamos contando los días para el último llamado a escena de Ringling, la trágica e innecesaria muerte de elefantes bebé como Kenny y Riccardo—quien fue sometido a eutanasia después de que sus dos patas traseras se rompieran durante un ejercicio de entrenamiento, son solo la punta del iceberg cuando se trata del maltrato en el circo.
Mientras los animales sigan sufriendo para el entretenimiento humano, habrá trabajo por hacer. Todos los demás animales en circos, zoológicos de carretera y parques marinos, como SeaWorld y el Miami Seaquarium, deben darse cuenta: la sociedad ha cambiado, los ojos se han abierto, la gente ahora sabe quiénes son estos animales, y sabemos que está mal capturarlos y explotarlos. Por favor, alza la voz por Kenny y por todos los demás animales que continúan sufriendo maltrato en la industria del entretenimiento.
Tú puedes detener el maltrato animal. Levanta un cartel de protesta, reparte volantes, escribe cartas, comparte videos, llama a tus legisladores, habla con tus familiares y nunca te quedes callado si ves que un animal es maltratado. Otros circos, además de Ringling, continúan explotando animales y los llevan a través del país en condiciones miserables. Tú puedes ayudar a detener esto.
INSTA A UNIVERSOUL CIRCUS A PONERLE FIN A TODOS LOS CRUELES ACTOS CON ANIMALES