Mientras los cristianos de todo el mundo lloran la pérdida del papa Benedicto XVI, PETA Lambs, división cristiana de difusión de PETA, recuerda a un hombre de gran fe que realmente se preocupó por “los hermanos más pequeños”.
El papa Benedicto habló de manera conmovedora sobre el maltrato industrializado de los animales, en particular los criados para la alimentación. Cuando en una entrevista de 2002 se le preguntó acerca de los derechos de los animales, Su Santidad – entonces cardenal – respondió: “Esa es una pregunta muy seria. En cualquier caso, podemos ver que están bajo nuestro cuidado, que no podemos hacer simplemente lo que queramos con ellos. Los animales también son criaturas de Dios… Ciertamente, una especie de uso industrial de las criaturas, de modo que a los gansos les suministran grandes cantidades de comida para que su hígado crezca lo más posible, o las gallinas viven tan hacinadas que se convierten en caricaturas de aves, esta degradación de las criaturas vivas a mercancía, me parece que contradice la relación de reciprocidad que aparece en la Biblia”.
Parecía haber tomado nota de las enseñanzas establecidas en el Catecismo de la Iglesia Católica, que establece: “Los animales son criaturas de Dios. Los rodea con su cuidado providencial. Por su mera existencia lo bendicen y glorifican. Así, los hombres les deben bondad. Debemos recordar la ternura con la que santos como San Francisco de Asís o San Felipe Neri trataban a los animales… Es contrario a la dignidad humana hacer que los animales sufran o mueran innecesariamente”.
Y, por supuesto, dado que los humanos podemos satisfacer todas nuestras necesidades sin hacerles daño a los animales, todo sufrimiento y muerte son innecesarios. El Pontífice compartió un sentimiento similar años después, emitiendo una declaración para el Día Mundial de la Paz el 1 de enero de 2010, llamando a los fieles a adoptar un “estilo de vida más sobrio” y a ir “más allá de una mentalidad puramente consumista”.
Promovió la compasión por los animales sin hogar, preocupándose personalmente por los gatos sin hogar. Y fue uno de los muchos teólogos que señalaron que ni un solo animal estuvo presente en el nacimiento de Cristo, lo que ayudó a PETA LAMBS a alentar a iglesias y comunidades a evitar que animales reales sean explotados en los pesebres vivientes.
El papa Benedicto sabía que Dios pretendía que los humanos sean buenos representantes, protegiendo y respetando a los seres con quienes compartimos el don de la Creación. PETA LAMBS les pide a todos a hacer justamente eso para honrar su legado.
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