Escrito por Jennifer Bates
Imagina sentirte más enfermo de lo que nunca has estado. Tu pecho hace un sonido desapacible con cada respiración trabajosa y dolorosa. Cuando caminas pesada y lentamente frente a un muro de acero, ves tu reflejo y ves cuánto peso has perdido, tal como le pasó a tu amiga justo antes de morir. Tienes miedo y quieres descansar, pero a las personas a tu alrededor no parece importarles. Utilizando palos de metal, te punzan para que camines más rápido, te gires y realices trucos confusos que no comprendes. Es muy doloroso y estás tan cansado. Quieres que el día termine para poder dormir.
Hoy es el día mundial de la tuberculosis (TB), un momento para recordar que cualquier humano puede contraer esta enfermedad potencialmente mortal. Pero también debemos recordar que la tuberculosis también es mortal para otros animales. Tanto como el 18 por ciento de los elefantes de Asia que son mantenidos en cautiverio en EE.UU. tienen tuberculosis. Debido a que se propaga por el aire, cualquiera que esté cerca de un animal infectado –elefante o humano– tiene riesgo de contraer la enfermedad.
La tuberculosis es tan peligrosa –y tan común en los elefantes de Asia– que el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés) recomienda que los exhibidores de elefantes sigan lineamientos estrictos para controlar la enfermedad. Pero, aunque estos lineamientos recomiendan que se hagan pruebas anuales en los elefantes y que retiren de las carreteras durante meses o incluso años a los animales que tengan resultados positivos, muchos exhibidores continúan explotando a los elefantes sin realizar los exámenes de sangre que ayudan a predecir si los animales tienen tuberculosis.
Como resultado de esto, muchos elefantes no son diagnosticados hasta que han muerto por esta enfermedad dolorosa y podrían potencialmente infectar a incontables humanos antes de sucumbir a la enfermedad. En el zoológico de Oregón en el 2013, elefantes con resultados positivos de tuberculosis le transmitieron la enfermedad a siete humanos, incluyendo uno que pudo haber contraído la enfermedad después de pasar tan solo un total de una hora trabajando en el establo de los elefantes. En el 2014, un elefante llamado Banko –que estaba siendo utilizado por el circo Ringling Bros.– tuvo resultados positivos de tuberculosis después de haber estado actuando durante meses y potencialmente exponiendo a otros elefantes, a los trabajadores del circo, a los trabajadores de las arenas y a incontables miembros del público, a la enfermedad. Y los archivos revelan que el Centro para la Conservación de Elefantes (CEC por sus siglas en inglés) de Ringling –las instalaciones deprimentes adonde el circo envía a los elefantes que no están actuando– ha estado bajo cuarentena durante años. Al final del 2015, un elefante del CEC llamado Icky II tuvo resultados positivos para una variante rara de la enfermedad, y más de la mitad de los elefantes en las instalaciones estaban bajo órdenes de cuarentena relacionadas con la tuberculosis.
Qué puedes hacer
Es importante recordar, especialmente en el día mundial de la tuberculosis, que ésta es una enfermedad que afecta principalmente a los humanos y a los elefantes en cautiverio. Para protegerte y proteger a tu familia y a otros elefantes, nunca vayas a zoológicos ni a circos que usen animales. Y pídele al USDA que mantenga a estos elefantes enfermos fuera de las carreteras.