Por supuesto que todos sabemos que las tortugas marinas son surfistas radicales que ayudan a los peces payaso a encontrar a sus hijos perdidos. Pero estos majestuosos animales -que han existido desde que el T. rex caminaba sobre la Tierra- son más inteligentes, hábiles y conscientes de lo que jamás hayas imaginado.
Animalkind, el nuevo libro de la presidenta de PETA, Ingrid Newkirk, ofrece una mirada asombrosa a las emocionantes y complejas vidas de las tortugas marinas. Después de leerlo, los lectores descubrirán un nuevo respeto y admiración por estos fascinantes animales y por cómo se las arreglan en la vida.
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Las tortugas marinas son las mejores viajeras del mundo.
Capaces de vivir en el agua o fuera de ella, las tortugas marinas nadan miles de millas en el océano cada año, a menudo solas. Las tortugas verdes marinas recorren enormes distancias desde las zonas de alimentación a las playas de anidación. Cada dos a cuatro años, las hembras nadan hasta 2.500 millas hacia las playas donde se reproducen.
¿Acaso crees que todas las tortugas marinas se parecen?
Las tortugas marinas son una familia de reptiles que comprende siete especies existentes: verde, boba, lora, golfina, carey, plana y laúd.
Las tortugas marinas hacen que los usuarios de Google Maps se vean como tontos.
Mientras que los marineros habitualmente se perdían en el mar hasta que la invención del cronómetro marino les permitió mediciones precisas de la longitud (coordenadas), las tortugas marinas hembras regresan a la misma playa donde nacieron, decenas de años después y desde miles de millas de distancia.
¿Quién sabía que las tortugas marinas son seres que nacen con cristales de orientación geográfica?
Estos magníficos animales son guiados probablemente por cristales en sus cerebros que pueden detectar los campos magnéticos de la Tierra. ¿No te parece lo más genial que has leído hoy?
Las tortugas marinas también dependen del sol para guiarse en la dirección correcta. Investigadores de la Universidad Atlántica de Florida descubrieron que probablemente monitorean la altura del sol en el cielo, conocida como el acimut, para determinar su posición.
A las tortugas marinas les encantarían las aplicaciones de citas como Tinder.
Son curiosamente informales al momento de aparearse. Los machos suelen llegar primero a la playa, esperando ansiosamente la llegada de las primeras hembras. Esto se debe a que la reproducción se realiza por orden de llegada, ya que a las hembras generalmente no les preocupa elegir al macho más apto para la procreación.
Sin embargo, el coito es una experiencia bastante salvaje.
Los machos y las hembras comienzan su cortejo en aguas poco profundas, moviéndose en círculos suaves y coordinados. Después suben a la superficie para respirar profundamente antes de que el macho se agarre de la espalda de la hembra y “se aferre a ella por hasta 24 horas”, según Dave Owens, un biólogo marino del Colegio de Charleston. Esto se debe a que, durante el proceso de apareamiento, otros machos pueden intentar apartarlo, incluso llegando a morderle la cola y las aletas.
Estos romances terminan tan pronto como comienzan: después del apareamiento, las tortugas suelen irse a buscar una nueva pareja.
¿Machos o hembras? Depende de la arena.
En la mayoría de las especies, el sexo se determina durante el proceso de fertilización del huevo, al azar. Sin embargo, en la mayoría de las tortugas, así como en los lagartos, cocodrilos y otros reptiles, la temperatura del huevo determina el sexo de un bebé. Los huevos depositados en arena más fría generalmente se convertirán en machos, mientras que la arena más cálida producirá hembras.
Todos pueden ayudar a las tortugas marinas haciéndose veganos en este momento.
Casi todas las especies de tortugas marinas se clasifican como en peligro o en peligro crítico de extinción. La caza, la recolección de huevos, los golpes de embarcaciones y el cambio climático ciertamente las afectan. Pero la industria pesquera comercial mata a cientos de miles de tortugas marinas y otros animales marinos por año, cuando son atrapados accidentalmente como “captura accesoria”. Quedan enganchadas en las líneas de anzuelos con cebos o atrapadas en redes del tamaño de las de fútbol y, a menudo, mueren lentamente desangradas cuando son arrojadas por la borda.
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