Millones de ratas, gatos, primates, perros y otros animales están languideciendo en laboratorios de todo el país. Pero solo imagínate a un animal –un mono o un conejo– retorciéndose de dolor después de ser infectado adrede con una enfermedad o haber sido dosificado con sustancias químicas, cubierto de heridas abiertas o quemaduras, hambriento y sediento, apesadumbrado por la soledad y deseando liberarse de los experimentos invasivos y sobrecogido de terror cada vez que un humano pasa por la jaula en la que está encerrado.
Las condiciones en los laboratorios son tan lúgubres que algunos animales desarrollan comportamientos neuróticos, tales como girar incesantemente, arrancarse su propio pelaje e incluso automutilarse, y todo este sufrimiento es en vano, ya que los experimentos en animales no ayudan a nadie.
PETA está dejando las cosas claras y abordando ideas erróneas comunes y preguntas sobre las pruebas en animales.
¿Por qué los experimentadores utilizan animales?
Es lo que se les enseñó a hacer, lo que saben hacer y lo que se les paga por hacer. A pesar del supuesto propósito de su trabajo, algunos no se preocupan por explorar nuevos tipos de tecnología, aunque hacerlo podría ayudar a los humanos. Experimentar en animales es una manera fácil de obtener financiamiento de millones de dólares provenientes de impuestos y publicar en revistas, incluso si los hallazgos no son útiles. PETA ha indagado en los antecedentes de algunos experimentadores en animales que han sido condenados por crímenes violentos, lo que ha hecho que nos preguntemos: ¿podrían algunos experimentadores en animales ser psicópatas que usan sus laboratorios como fachada o pretexto para llevar a cabo sus impulsos violentos de manera legal?
¿Por qué los beagles son utilizados para la experimentación en animales?
Los perros son maltratados en laboratorios debido a su naturaleza confiada. Los beagles, en particular, son naturalmente dóciles y de un tamaño manejable. Incluso cuando están siendo maltratados, la mayoría no muerde, se acobardan, esperando un contacto o una caricia amable, y su nobleza es explotada por los experimentadores. En Liberty Research, Inc., una investigación de testigo de PETA encontró que los trabajadores usaban un taladro para perforar los cráneos de 30 jovenes beagles para que el virus del moquillo pudiera ser inoculado directamente en sus cerebros. Algunos perros gemían durante el doloroso procedimiento, indicando que no estaban adecuadamente anestesiados. Se despertaban quejándose. Probablemente por el dolor, algunos se golpeaban la cabeza contra las paredes de sus jaulas, haciendo que brotara sangre de sus heridas.
Casi 65.000 perros son atormentados en los laboratorios de EE. UU. cada año. A menudo son obligados a ingerir o inhalar pesticidas o se les cría para tener enfermedades degenerativas. Las imágenes de video obtenidas por PETA revelan que los experimentadores de la Universidad de Texas A&M criaban perros deliberadamente para desarrollar distrofia muscular canina incapacitante, una enfermedad que hace estragos en sus cuerpos y causa desgaste muscular progresivo y debilidad
INSTA A TEXAS A&M A LIBERAR A LOS PERROS DE SUS LABORATORIOS DE DM¿Las vacunas son probadas en animales?
Los que experimentan en animales han utilizado ratones, hurones, monos, hámsteres, camellos, conejos, alpacas, caballos y otros animales con la esperanza de desarrollar vacunas contra todo tipo de virus, incluidos el SARS-19, el MERS-CoV y el VIH. Algunas vacunas experimentales resultantes inicialmente se mostraron prometedoras, sin embargo, ninguna fue aprobada para su uso en humanos. Todas esas vidas, horas y dinero desperdiciados no valieron nada. Con el fin de acelerar el desarrollo de las vacunas contra la COVID-19, a los científicos se les permitió realizar directamente los ensayos clínicos en humanos sin antes realizar los ensayos extensos de varios años en animales que generalmente son requeridos. Conclusión: las pruebas de vacunas en animales no son necesarias y no funcionan.
¿Qué porcentaje de víctimas sobreviven a los experimentos?
De las decenas de millones de ratones, ratas, conejos, monos, gatos, perros, peces y otros animales usados en experimentos cada año, prácticamente ninguno sobrevive. La única ley federal en EE.UU. que rige el uso de algunos animales en los laboratorios, la Ley de Bienestar Animal (AWA), permite que los animales reciban descargas eléctricas, sean quemados, envenenados, infectados con enfermedades y virus potencialmente mortales, irradiados, aislados, privados de alimento, convertidos en adictos a drogas y que se les cause daño cerebral. Ningún experimento, por doloroso o trivial que sea, está prohibido. Si un animal sobrevive a esta violencia y trauma, es asesinado y diseccionado, o descartado cuando termina el experimento.
Entre 2015 y 2019, más de 300.000 animales, excluyendo ratones, ratas, aves, peces, reptiles y anfibios, fueron sometidos a experimentos dolorosos sin analgésicos. Ten en cuenta que los animales excluidos de la “protección” de la AWA constituyen más del 99% de los usados en experimentos.
¿Trae beneficios la experimentación en animales?
No. Una década de estudios muestra que la mayoría de los experimentos en animales nunca traen beneficios para los humanos. Muchos de los avances médicos más importantes son atribuibles a los estudios en humanos. Sir Alexander Fleming, quien descubrió la penicilina hace casi 100 años, comentó: “Qué suerte que no tuviéramos estas pruebas en animales en la década de 1940, porque probablemente nunca le habrían dado licencia a la penicilina, y probablemente nunca se habría descubierto todo el campo de los antibióticos”.
El exdirector de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), Dr. Elias Zerhouni, declaró: “Todos confiamos en los [experimentos en animales], incluso yo. … El problema es que no ha funcionado…. Necesitamos reenfocarnos y adaptar las nuevas metodologías para usarlas en humanos”.
Desventajas de la experimentación en animales
No funciona. Las enfermedades que son inducidas en los animales de manera artificial fuera de un entorno natural nunca serán iguales a las que ocurren naturalmente en los seres humanos. Más del 95% de los nuevos medicamentos que se prueban de forma segura y eficaz en animales fracasan en ensayos clínicos en humanos. Para algunas enfermedades, la tasa de fracaso es aún peor: los estudios de fármacos contra el cáncer tienen una tasa de fracaso del 96,6% y estudios de fármacos contra la enfermedad de Alzheimer tienen una tasa de fracaso del 99,6%.
Y desperdician mucho dinero. Una de las mayores fuentes de financiamiento de los experimentos en animales son las agencias gubernamentales que otorgan subvenciones. En 2020, los NIH desperdiciaron casi la mitad de su presupuesto de investigación y desarrollo de cerca de $42 mil millones para torturar animales. Esto significa que personas como nosotros pagamos por eso con nuestros impuestos.
¿Desde cuándo existe la experimentación en animales?
Los seres humanos han estado usando animales para experimentación por miles de años, mucho antes de que entendieran que los otros animales sienten dolor, alegría y miedo, entre otras emociones. La crueldad persiste en el presente, no porque sea útil, sino debido a hábitos arcaicos profundamente arraigados, resistencia al cambio y falta de difusión y educación.
¿Dónde está prohibida la experimentación en animales?
Varios países han implementado prohibiciones de probar ciertos tipos de bienes de consumo en animales, como las prohibiciones de las pruebas de cosméticos en la UE, India, Israel, Nueva Zelanda, Noruega y otros lugares. Aunque son imperfectas, representan un progreso. En el Reino Unido, es ilegal que los estudiantes de medicina (y veterinaria) realicen cirugías en animales.
¿Qué podemos usar en lugar de animales?
¡Métodos experimentales tecnológicamente avanzados y sin animales! Hay microchips que utilizan células y tejidos humanos reales para construir órganos completamente funcionales, de modo que los investigadores puedan probar medicamentos y tratamientos. Células cerebrales humanas que han sido desarrolladas en un “microcerebro” modelo han sido usadas para estudiar tumores, mientras que construcciones de tejidos humanos pueden ser utilizadas para evaluar la irritación de la piel (por ejemplo, EpiDerm de MatTek) y para producir y probar vacunas.
Los estudios clínicos y epidemiológicos en humanos, los métodos de investigación basados en tejidos y células humanas, los cadáveres, los modelos computacionales y los simuladores de pacientes humanos, sofisticados y de alta fidelidad, –no los animales– tienen el potencial de facilitar estudios más rápidos, más fiables, más precisos y menos costosos, que no se ven obstaculizados por las diferencias biológicas que prácticamente imposibilitan la aplicación a los humanos de los resultados de las pruebas en animales.
Cómo puedes ayudar a poner fin a la experimentación en animales
Compra siempre productos libres de crueldad, dona solo a organizaciones benéficas que no experimenten en animales, solicita alternativas a la disección de animales en clase, insta a las agencias gubernamentales y corporaciones a usar métodos sin animales y solicítale a tu alma mater que deje de experimentar en animales.
Lo más importante es que instes a tus representantes en el Congreso para que implementen la estrategia de PETA para eliminar gradualmente la experimentación en animales:
PÍDELES A TUS LEGISLADORES QUE APOYEN EL ACUERDO DE MODERNIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN DE PETA
