Cubierto de heridas abiertas y padeciendo lesiones graves en la columna vertebral, el perro había sido atado en medio de una laguna en un barrio en Cabo Rojo, Puerto Rico, y dado por muerto. Pasó varios largos y tristes días en el agua turbia, sin poder recostarse a descansar – mucho menos dormir – manteniendo su cabeza por encima del agua. El perro probablemente habría colapsado pronto por el agotamiento y se hubiese ahogado, pero el policía Julio Cintron encontró al perro y lo rescató.Se apresuró a llevarlo con un veterinario, pero ya era demasiado tarde – debido a la gravedad de sus lesiones y por todo lo que había sufrido, la eutanasia fue lo más benévolo que pudo hacerse por él.
Edwin Vélez Marrero, el hombre acusado de romper todas las vértebras del perro por golpearlo con un tablón de madera y de dejarlo ahogarse en la laguna, fue detenido y declarado culpable de maltrato animal con agravante, que es un delito grave de segundo grado en Puerto Rico bajo la ley de protección animal.ElJuez Superior José Montijo Román condenó a Marrero a 17 años y tres meses de prisión en virtud del artículo siete de la Ley para el Bienestar y la Protección de los Animales de Puerto Rico, así como del artículo 73 del Código Penal de Puerto Rico de 2012 sobre la reincidencia. Al igual que muchos maltratadores de animales, el acusado tiene un largo historial criminal, incluyendo asesinato, actos lascivos, robo agravado, intento de agresión y cargos por armas de fuego.
Las leyes de protección animal de Puerto Rico y la sentencia del juez envían un mensaje claro: el maltratar animales no será tolerado y tendrá como consecuencia la cárcel. Por favor, vigila a los animales en tu vecindario, estate alerta por indicios de maltrato, y siempre reporta si sabes o sospechas de crueldad – por la seguridad de todos.
