Cada año, los cazadores matan 10 millones de mapaches, coyotes, lobos, linces, zarigüeyas, castores, nutrias y otros animales por su piel o para el control de la vida silvestre. Para ello, utilizan diversos tipos de trampas, incluyendo trampas de lazo y trampas Conibear, pero las trampas que más utilizan son las de mandíbulas de acero.
Esta es una trampa de mandíbula de acero:
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Estos artefactos son utilizados por los cazadores y los tramperos para inmovilizar a los animales. El clip a continuación muestra lo rápido que se cierran. Un animal que pisa una, tiene poca o ninguna posibilidad de escapar.
Cuando los animales, como este coyote, pisan el resorte, las mandíbulas de la trampa se cierran fuertemente, sujetando una extremidad o garra. Mientras luchan en dolor por liberarse, el tornillo de acero se cierra y corta la carne – a menudo hasta el hueso – mutilando la pata o garra.
Los animales pueden luchar por horas o incluso días antes de que el trampero regrese para matarlos – si antes no han sucumbido ante el agotamiento, la exposición al clima, la pérdida de sangre, el trauma o la depredación. Algunos animales, especialmente las madres desesperadas por volver con sus crías, incluso tratarán de masticar o retorcer sus extremidades atrapadas para liberarse. Cuando no pueden escapar, sus bebés se quedan solos, incapaces de valerse por sí mismos.
Debido a la crueldad inherente que implica la utilización de las trampas de mandíbulas de acero, éstas se han prohibido en 88 países. Su uso está prohibido o restringido en varios estados de Estados Unidos, incluyendo Arizona, California, Colorado, Florida, Massachusetts, Nueva Jersey, Rhode Island y Washington. La Unión Europea ha prohibido su uso en Europa, así como la importación de pieles procedentes de países que las utilizan para atrapar y matar animales de pelajes.
Sin embargo, en algunas partes de EE.UU., estos artefactos tortuosos todavía son legales. Y debido a que las duras abrazaderas de metal no discriminan, constituyen una amenaza para TODAS las especies – incluyendo a gatos, perros, aves, animales en peligro de extinción e incluso humanos que caminan a través del bosque.
Aunque algunas trampas de mandíbulas de acero tienen almohadillas, aún así dejan a los animales inmóviles, expuestos y desamparados.
Los animales atrapados en estas trampas están aterrorizados y sufren insoportable dolor.
Son obligados a sufrir solo para que su cabeza pueda montarse en la pared y su pelaje pueda convertirse en un abrigo.
Todos los animales asesinados por su piel sufren, ya sean capturados en la naturaleza por medio de trampas o sean criados en jaulas en una granja peletera. En ambos casos, el preservar la “calidad” de la piel es la principal preocupación – no así lo es el prevenir el sufrimiento de los animales.
Cuando veas el asesinato cruel de un solo animal por su piel en el siguiente video, recuerda que se necesita la piel de hasta 40 de ellos para hacer tan solo un abrigo.
Los animales que han luchado en vano por escapar de las trampas (o han languidecido en granjas peleteras hasta que fueron asesinados) no son diferentes a los gatos y perros que comparten nuestros hogares. Tienen sentimientos y personalidades únicas, y valoran sus vidas.
¡Tú puedes ayudar a detener el sufrimiento de los animales por su piel!
Pídele a tus autoridades locales y estatales que se prohíban las trampas de mandíbulas de acero, y apoya la legislación que limite o prohíba su uso en tu área.
Firma hoy el compromiso para dejar de usar pieles. A continuación, consulta nuestra guía práctica “Cómo Vestir Vegano” y asegúrate de compartir este blog con tus amigos, familiares y seguidores.
Cómo Vestir Vegano