¿Qué dirían? ¿Qué están diciendo?
¿Cuándo decidiste ignorarme? ¿Sabías que lo harías? ¿Quién te dijo que podría vivir así? ¿Sabías que sufriría? ¿Cómo pensaste que sobreviviría?
¿Por qué me trajiste?
Solo podemos adivinar lo confundidos que los “perros que viven a la intemperie” interrogarían a sus guardianes si pudieran hablar nuestro lenguaje. En vez de eso, muestran su dolor, miedo, hambre, estrés e incomodidad general, sacudiéndose, saltando, ladrando, o – trágicamente – apagándose por completo. Trabajadores de campo de PETA encuentran innumerables “perros de patio trasero” encadenados y descuidados todos los días. Por suerte, un montón de celebridades se anotaron para iluminar el sufrimiento de los perros olvidados: Priyanka Chopra, Tom Hardy, Casey Affleck, Bill Maher, Edie Falco, Kate del Castillo, D.R.A.M. y Courtney Stodden prestaron su voz para la causa.
En los fríos meses invernales, los “perros a la intemperie” luchan por mantener el calor y no tienen otra opción más que enroscarse en una tensa bola y tiritar, o saltar de un lado al otro para evitar tocar el suelo caliente. Los perros pueden tener mantos de pelaje, pero no son inmunes al frío más que los humanos con abrigos lo estarían si tuviéramos que sentarnos afuera en el piso congelado todo el día y la noche. Muchos perros, incluyendo las razas de pelaje corto, los jóvenes o los ancianos, y los pequeños, pueden manejar menos el frío que los humanos.
Los perros ansían la compañía. Y además de que se ignoran sus necesidades sociales, muchos perros encadenados, en corrales, o de otra manera desatendidos dejados afuera, no tienen comida, agua, cobijo ni atención veterinaria adecuados.
Algunos apenas tienen una tabla de cartón, un transportador de plástico o un bote de basura dado vuelta para cobijarse. Otros no tiene ningún cobijo, ni siquiera en temperaturas heladas y tormentas de nieve severas. Solo pueden observar desde áreas frías y con basura, como sus dueños van y vienen, disfrutando de la calidez adentro.
Los perros son animales de manada que aspiran a complacer a sus guardianes, y todo lo que quieren es pasar tiempo con el resto de la familia (y vivir) adentro. Ahí es donde son más saludables y felices.
Si sabes de algún “perro a la intemperie”, intenta persuadir a sus guardianes de dejarlo entrar. Alienta a los legisladores de tu ciudad o condado a prohibir el encadenamiento y considera financiar una casa de perro de PETA, para que más de un perro tenga refugio en el frío.