Puedes notar la diferencia entre las carreras de trineos tirados por perros y las peleas de perros, ¿no? No estés tan seguro. Resulta ser que las perreras comerciales de las carreras de trineos con perros tienen un parecido sorprendente con las perreras de los perros de pelea. ¿No lo crees? Solo mira la siguiente imagen que muestra una perrera para perros de trineo junto a una para perros de pelea.
Aunque estos dos “deportes” perversos dañan e incluso matan a los perros, tratándolos como equipos desechables, solo uno tiende a recibir una condena generalizada.
Los perros utilizados para estos dos espectáculos son tratados como propiedad u objetos, no como los seres vivos sensibles con emociones complejas que sabemos que realmente son. Cuando no arrastran cargas por distancias largas, los perros utilizados para carreras de trineos, específicamente, el Iditarod, se almacenan como inventario en campos fangosos, encadenados a postes de metal, barriles plásticos destartalados o “casas” de madera en ruinas. Son privados de todo lo que es significativo para ellos: juego, estimulación mental y compañía. Igual que los perros utilizados para pelear, pasan la mayor parte de sus vidas encadenados.
El Iditarod es solo una de las tantas carreras en las que los “mushers”, o conductores de trineos de perros, compiten por dinero y otros premios. Los perros son vistos como poco más que motos de nieve con pelo. De manera similar, los perros utilizados para pelear se crían en la miseria y el sufrimiento para que los “peleadores de perros” puedan ganar dinero rápido. Algunos peleadores entrenan a los perros obligándolos a tirar de pesas pesadas, no muy diferente a los mushers del Iditarod que obligan a los perros a tirar de trineos cargados. Este tipo de entrenamiento es cruel y peligroso: deja a los animales propensos a sufrir lesiones, incluyendo distensiones y desgarramientos musculares. Cada vez que haya dueños más enfocados en ganar que en la seguridad de sus perros, los animales sufrirán.
¿Qué les ocurre a los perros utilizados en el Iditarod?
A fines de 2018 y principios de 2019, un investigador de PETA trabajó en dos perreras propiedad de excampeones del Iditarod y descubrió que a los perros allí se les negó atención veterinaria por lesiones debilitantes y dolorosas. Los trabajadores golpearon y patearon a los animales que estaban constantemente encadenados junto a cajas deterioradas y barriles plásticos en el frío polar. Los perros fueron obligados a correr incluso cuando estaban exhaustos y deshidratados.
Durante la carrera, los perros son obligados a correr aproximadamente 1.000 millas en menos de dos semanas. En promedio, deben correr 100 millas al día, con solo unos breves períodos de descanso. Están sujetos a vientos polares, tormentas de nieve cegadoras y temperaturas bajo cero. Muchos se desagarran los músculos, sufren fracturas por estrés o padecen diarrea, deshidratación o virus intestinales. Una perra llamada Oshi murió de neumonía por aspiración solo un día después de cruzar la línea de meta el año pasado. Probablemente desarrolló la condición, que es la principal causa de muerte de los perros que no sobreviven a la carrera, al inhalar su propio vómito.
Las peleas de gallos, las carreras de trineos tirados por perros, las carreras de caballos, las corridas de toros: los animales en todo el mundo continúan sufriendo y muriendo en eventos “deportivos” crueles y arcaicos en los que tienen todas las de perder. Más de 150 perros han muerto desde que comenzó el Iditarod, y esas son solo las muertes reportadas. Ese número no incluye a los perros que murieron inmediatamente después de la carrera, durante el entrenamiento o fuera de la temporada, mientras estaban encadenados a barriles plásticos o cajas de madera a la intemperie en el hielo y la nieve.
Tú puedes ayudar a los perros obligados a correr en el Iditarod
Los perros criados para el Iditarod, encadenados y forzados a superar sus límites, son exactamente iguales, fisiológica y emocionalmente, que los que comparten nuestros hogares. PETA está lista para ayudar al Iditarod a reinventarse y celebrar la cultura de Alaska sin usar perros. Puedes unirte a las decenas de miles de personas preocupadas que han pedido al CEO del Iditarod, Rob Urbach, que reemplace a los perros por atletas de alta resistencia, esquiadores de fondo o incluso conductores de motonieves dispuestos para la tarea.
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