No hay manera de justificar el obligar a los perros a tirar de trineos pesados a través de terrenos congelados en temperaturas bajo cero hasta 100 millas al día en la carrera del Iditarod. Ni siquiera la tetracampeona del Iditarod, Susan Butcher, pudo defenderlo.
En una conferencia de carreras de trineos tirados por perros, hizo esta sorprendente confesión: “Hay muchas cosas malas que están pasando en el mushing. Como grupo, no somos la idea que tiene la gente sobre el trato humanitario de los animales. Como grupo, no aprobamos mis estándares de trato humanitario de los animales” [énfasis añadido].
Butcher tenía razón: Un evento que provoca que los perros sufran distenciones musculares y fracturas por estrés, además de úlceras estomacales sangrantes, deshidratación, infecciones intestinales virales, agotamiento severo y neumonía por aspiración; jamás podría ser considerado humanitario.
Los perros utilizados en el Iditarod son sometidos a crueldades dentro y fuera de las pistas de carreras. Cuando no están siendo obligados a correr aproximadamente 1.000 millas a través del despiadado terreno de Alaska, los perros son encadenados a la intemperie 24/7 en el frío penetrante. Una investigación encubierta de PETA sobre los criaderos operados por ex campeones del Iditarod, expuso que los trabajadores golpeaban a los perros en la cara, arrancaban costras y tejido de las heridas infectadas de un perro y les daban comida inadecuada y llena de hongos, rutinariamente.
Butcher podía hablar de primera mano de las consecuencias letales del Iditarod: Cuatro de los perros que obligó a correr murieron durante la extenuante carrera. El Iditarod ha matado a más de 150 perros desde su inicio, e innumerables más han muerto fuera de la temporada. Neumonía por aspiración (causada por inhalar vómito), ataques cardíacos, exceso de fluidos en los pulmones, ser golpeados por autos o vehículos para la nieve y ser sepultados bajo la nieve son solo algunas de las formas en que las vidas de los perros se han apagado dolorosamente.
Casi 30 años después de que Butcher instara a los mushers a “corregir sus acciones”, el Iditarod sigue siendo un infierno para los perros. En la carrera del 2020, más de 220 perros fueron retirados por agotamiento, enfermedad, lesiones y otros motivos, forzando a los restantes a trabajar más duro. El musher Nicolas Petit obligó a su equipo a seguir corriendo, aun cuando sus perros presuntamente estaban vomitando; varios sufrían de congelamiento y uno muy probablemente requería puntos. Otro musher, Mitch Seavey, presuntamente aventó a una perra y la sujetó por el bozal contra el suelo mientras la carrera lo transmitía en vivo. A nosotros no nos parece que “corrigieron sus acciones”, sino que parece ser el mismo abuso del que Butcher habló, hace décadas.
Después de años de presión por parte de PETA, más de una docena de compañías –entre ellas ExxonMobil, Chrysler, Coca-Cola y Alaska Airlines– han dejado de patrocinar al Iditarod. Ayuda a PETA a acabar con esta mortal carrera, instando a otras empresas, como Donlin Gold y Millennium Hotels and Resorts, a que también corten lazos con ella.
INSTA A MILLENNIUM HOTELS AND RESORTS A QUE DEJE DE PATROCINAR AL IDITARODINSTA A DONLIN GOLD A QUE CORTE LAZOS CON EL IDITAROD